Un parroquiano de Chihuahua me platicó que en una ocasión coincidió en una bolería, frente al Palacio de Gobierno de la capital del estado, con el exalcalde de Chínipas, Hugo Schultz. No conocía su identidad pero advirtió que portaba joyas de oro grueso, pesado, en abundancia. Le llamó la atención, como suele suceder en estos casos.
Ya lustrados los zapatos, el bolero –así se les llama– le dijo que se trataba del alcalde y político panista de Chínipas de Almada, el municipio que hoy está en boca de todos. Que acostumbraba asear su calzado antes de ser recibido por los funcionarios de alto nivel del estado. Además, pronunció su nombre para mayor identificación.
“Tiene apariencia de narco”, dijo con sorna el parroquiano.
Le contestó el bolero: “pues ya ve: el que parece, es”.
Cosas de la plaza pública, opiniones de esos buenos cronistas que tienen la oportunidad hasta de “psicoanalizar” a sus clientes; su ojo clínico suele no equivocarse, ve más allá de los zapatos.
Señor García. Permítame decirle que esta vez el psicoanálisis del bolero no coincide en lo absoluto. Conozco al profesor hugo desde que era un niño y tuve la diche de ser su alumno y desde que tengo memoria el porta esas joyas y para nada son motivo de extravagancia, ya que usted no conoce para nada nuestro pueblo le comento que el depende de una familia honesta y trabajadora al igual que la de su esposa.
Le hago de su conocimiento que el y su esposa son profesores de los mejores del pueblo y a lo largo de sus muchos años de cervicio no solo han ganado lo suficiente para vivir cómodamente sino el cariño de todo el pueblo, el mismo pueblo que lo eligió como su presidente. Yo le recomiendo investigar bien de alguien antes de hablar y andar mal informando.
Desgraciadamente así pasa en nuestra sociedad con tan solo ver los zapatos, una joya o una conducta ya juzgamos a como mejor nos convenga y empezamos a mal informar antes de investigar el trabajo que le ha costado en la vida para conseguirlo.