Esta entrega es de vena balzaquiana, para ser más preciso, del biógrafo Stefan Zweig. La importancia a la hora de escribir no está en el tema, en la decoración, en la armazón, sino en la “dinámica interior”. No hay asunto, todo es asunto, y tratándose de política, todos podemos ser, en el caso que me ocupa, actores de la comedia inhumana de Chihuahua. Pase lo que pase en 2021 con la elección general de gobernador, Congreso, ayuntamientos, sindicaturas y diputaciones federales, debemos entender que a todas las esferas de la sociedad se les ha de tocar y que las relaciones que se establecen son lo importante, hacia arriba en las jerarquías sociales, o hacia abajo con el pueblo raso. 

Veamos entonces cuál es esa dinámica interior. Se tratará de una elección en la que todas las discrepancias, legítimas o no, contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se pondrán en operación con la finalidad de debilitarlo o, abiertamente, derrotarlo. Al presidente no le ayuda su discurso polarizante, y particularmente que no se ha decantado por un proyecto genuinamente democrático al reeditar un presidencialismo concentrador que se ve como una nueva puesta en escena del viejo autoritarismo, a lo que se agregan nuevos riesgos. 

La elección de 2021, local y federal, es una estación de paso hacia la sucesión de 2024. Quien haga política inmediatista está condenado al fracaso. Estratégicamente estará en juego el control de la importante Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, que tiene en sus manos una de las decisiones más importantes y que le compete por entero: la aprobación del Presupuesto General de Egresos, a partir del cual se deciden todas las políticas públicas, y sobre todo las sociales, tan caras al poder establecido. Si a esto sumamos las recientes fracturas de MORENA en el Senado, también puede sufrir contratiempos la Ley de Ingresos de la Federación que se tramita –deficiencia constitucional– en ambas cámaras. 

Pero habrá una elección mucho más compleja: catorce gubernaturas estarán en juego, lo que significa prácticamente la mitad de la república, y en la región fronteriza con los Estados Unidos se jugarán tres espacios significativos: Nuevo León, Chihuahua y Sonora, pero también entrarán a la competencia regiones estratégicas como Guerrero, Michoacán y Sinaloa, por no señalar toda la lista. Se verá hasta dónde llega el músculo federalista, frente a un centralismo que crece innecesaria e impertinentemente todos los días. El mapa electoral quedará definido en 2021 para una guerra no necesariamente de posiciones por el poder presidencial hacia el año 2024 y el perfil del país en muchos aspectos no tiene definidos sus contornos, lo que genera gran incertidumbre.

Las oligarquías regionales irán por lo suyo, por la restauración de los canales que les garanticen sus intereses y apostarán evidentemente por la derecha. Lo que López Obrador llamó “la mafia del poder” está jugando a desgastar, con el simple ejercicio de litigios dilatorios, los proyectos del sexenio y, aunque de los dientes para afuera se toman la foto con el presidente, en realidad lo que pretenden es salvaguardar el régimen de privilegios que hasta ahora los ha mantenido en el predominio económico incontrastable. La muerte del neoliberalismo no se da por decreto. 

En el polo contrario están las grandes mayorías nacionales, invertebradas. Obreros, campesinos, pequeños empresarios, maestros, profesionistas, en suma una ciudadanía que puede jugar un importante papel, cuantitativamente por su número, pero la cualificación sólo puede venir de un proyecto emergente que realmente le de vitalidad a nuevas formas de democracia con canales legítimos y legales de decisión. 

Desde el balcón local, ¿qué es lo que se ve en este futuro inmediato? Lo resumo así: nula política que toma en cuenta a esa ciudadanía y los esfuerzos cívicos; y los actores políticos brincando a la palestra expresando sus deseos de gobernar Chihuahua, practicando el chichisbeo a todo lo que da. Por el rumbo de MORENA vemos a un saltimbanqui Cruz Pérez Cuéllar cortejando a Monreal, y a Carlos Loera De la Rosa en la frivolidad y la improvisación, tratando de vender su imagen y coqueteando a través de fotografías con dinosaurios como Manuel Bartlett. El PRI está muerto e insepulto. Los independientes no lo son, como Armando Cabada, pero puede surgir uno de las entrañas de la oligarquía a partir del ensayo que hicieron en 2016 con “Chacho” Barraza, pudiendo darse el caso de que lo vuelvan a alquilar o renten otro que ofrezca mayor plusvalía. Estos se inscriben en la antipolítica más preclara y representan una posibilidad para el fascismo criollo. 

En el Partido Acción Nacional resultará muy difícil para Javier Corral detener la candidatura de María Eugenia Campos Galván, que todos los días pone un ladrillo de lo que sea para estar presente en la escena mediática, sugiriendo el proyecto mayor. Sus viejos nexos con el calderonismo han traído a Chihuahua a los inmobiliarios de Altozano, circunstancia que se debe poner en la observación permanente, con las facilidades para solventar la tramitología municipal en favor de sus proyectos urbanos. Sin duda esta candidatura llevará el apoyo de un sector de la oligarquía local, el incienso y el agua bendita de parte de la jerarquía católica y, en general, se respalda en la visión más a la derecha y conservadora que podamos imaginar en esta circunstancia. Dos cosas agrego a esta apreciación: habrá una sumatoria de fuerzas de esta índole para disputar Chihuahua y ya no le alcanzará a Javier Corral para dirimir con el equipo de la Campos Galván la acusación que les tiene por el duartismo que documentó oportunamente pero que guardó en las gavetas de la Secretaría de la Función Pública.

Se perderá el tiempo, que nunca se recupera, si con la pretensión de crear un proyecto emergente, al margen del chichisbeo o cortesanías con las que se viste la política en Chihuahua, si no entendemos, los que estamos empeñados en eso, en visualizar adecuadamente la dinámica interior de que hizo gala Balzac en su vasta obra, aspecto que lo llevó a la cima de la creación literaria y que, cambiando lo que haya que cambiar, se puede tomar como consejo para emprender tareas de gran calado, para que Chihuahua no continúe en la mediocridad y el atraso en que lo mantienen los Duartes y los Corrales. 

Cuando Zweig concluye sus apreciaciones que yo aquí he tomado como sugerencias, nos dice: “Para un soñador, los deseos son fácilmente ilusiones. Sin embargo, hasta en los sueños más exagerados de un artista el observador interno sigue siempre despierto”. 

Despiertos precisamente para escudriñar el secreto de las dinámicas interiores de estas importantes decisiones.