Un importante documento se produjo en MORENA, lo signa la Comisión de Organización para la Renovación de las Dirigencias de ese partido, destacadamente figuras de la talla de Armando Bartra, Bernardo Bátiz, Enrique Dussel y Pedro Miguel, entre otros. No obstante dejar fuera el peso que en este momento ejerce la Presidencia de la República y el poder acumulado en los estados –que no es poco–, se puntualizan temas esenciales que pueden depurar una agenda para darle a esta organización el carácter preponderante de partido frente a su condición actual de movimiento.

Sin pretender agotar todos los puntos, subrayo los siguientes que obran ese texto:

  1. Se reivindica la insurrección cívica de 2018
  2. Se reconoce que MORENA pasa por una crisis que puede llevarlo a perder su identidad e incluso a la desaparición
  3. Que como consecuencia paradójica de su triunfo histórico perdió de golpe a su máximo dirigente y a la gran mayoría de sus cuadros políticos
  4. Que la conquista de la Presidencia de la República colocó a la organización en un vacío existencial
  5. Que no se ha realizado una reflexión articulada sobre el papel de MORENA como partido gobernante ni sobre su sitio en el proceso de la transformación nacional
  6. Que la identidad política de MORENA se ha visto diluida en la indefinición y el inmovilismo y se ha concentrado en obtener triunfos electorales
  7. Que MORENA no se ha manifestado en solidaridad con los movimientos sociales y las causas justas ni se ha movilizado en defensa de las políticas presidenciales
  8. Que han ido apareciendo, así sea en forma embrionaria, fenómenos y actitudes característicos de los partidos del viejo régimen: el tribalismo, los cacicazgos y caudillismos, el patrimonialismo, el sectarismo y la utilización de la estructura partidista como trampolín para obtener candidaturas y como vía para escalar posiciones políticas y administrativas
  9. Que como partido en el gobierno está sometido a la presión de grupos externos que buscan tomarlo por asalto para ponerlo al servicio de intereses contrarios al ideario morenista
  10. Que ante la renovación de dirigencias se presenta como una coyuntura en la que se enfrentan las mejores virtudes y los peores vicios partidistas
  11. Que la confrontación y el debate de ideas resulta fundamental en esta coyuntura, habida cuenta de la crisis de identidad programática que afecta al partido
  12. Que a pesar de no estar entre sus atribuciones la Comisión sugiere reformas al Estatuto a fin de incluir reglas más estrictas para la adhesión, incorporación y permanencia de militantes y para garantizar la honestidad de quienes lleguen a puestos de dirección o sean postulados a cargos de elección popular

A juicio de esta columna, faltarían temas cruciales, pero se entiende que se trata de un momento –como dicen los abogados– en el que debe haber un artículo de previo y especial pronunciamiento sobre la dirección que vendrá y la independencia que ostente frente al poder mismo. 

Por lo pronto, el mensaje es más que elocuente, en la esfera local, para el superdelegado Carlos Loera De la Rosa y el senador Cruz Pérez Cuéllar, a los que con estos lineamientos se les indica que sus cargados son para desempeñarlos a plenitud y no trampolines o plataformas para asaltar, con ambiciones desmedidas, a cargos más relevantes. Precisamente como se hacía en el llamado “antiguo régimen”, que no se ha ido del todo.