coabach2-11mar2014

Los alumnos del Colegio de Bachilleres en Chihuahua se mueven con facilidad por los tramoyistas que dirigen la institución. En toda reunión en la que se necesita audiencia, auditorio repleto, ahí van a dar cien, doscientos o más estudiantes de ambos sexos que, aborregados, sin conocimiento de nada, sin la anuencia de los propios adolescentes y padres y madres y desentendiéndose de que tienen criterio para optar a ir a eventos públicos cargados de política, se les priva de sus horas-clase para que escuchen a César Duarte que así lo dispuso. Se trata de un abuso agraviante en varios sentidos: en primer lugar porque se lesiona la vida académica con la suspensión de clases y se vulnera la libertad personal de aquellos a los que se obliga a asistir sin consentimiento alguno de ninguna naturaleza. Por otra parte, se les lleva a zonas de riesgo en el que el único protegido por sus guaruras es el propio gobernante y además se trastocan las diversas organizaciones familiares que atienden al reloj para su movilidad.

El día de ayer fue uno de esos. Para ir a la ceremonia en la que se dio a conocer el confinamiento de los secuestradores en el penal de Aquiles Serdán, se sacó súbitamente a los estudiantes de sus salones, se les asignó en camiones que esperaban para el traslado, se les engañó diciendo que iban al C-4 y después los internaron al CERESO, se les sujetó a disciplinas carcelarias, se les impidió emplear sus celulares para comunicarse con sus familiares, se les hizo esperar largamente a que llegara el cacique mayor y, por si fuera poco, se les dio una asoleada de esas que marcan la piel. Sin saber dónde estaban, tuvieron que mamarse los discursos de Alejandro Martí, Renato Sales, la inefable Isabel Miranda de Wallace, el fiscal Jorge González Nicolás, y el larguísimo, muy largo, discurso de César Duarte.

Vieron las caras de políticos deleznables como José Miguel Salcido Romero, recientemente impuesto como presidente del Tribunal Superior de Justicia y del edecán municipal, Javier Garfio. Hasta “El Wicked” tuvo su escénico lugar. Los estudiantes, hastiados, hambreados, sedientos, y con el claro sentimiento de que fueron manipulados arteramente, regresaron a sus casas, cual semovientes, sin haber entendido nada, con desconocimiento de los personajes que acá se presumen por ser de fuera y con un deseo muy elemental: que les pregunten si quieren ir a esas fiestas. Alguno hasta sugirió: que las hagan los sábados por la tarde y que la asistencia sea a invitación libre, para que el auditorio sea absolutamente insuficiente.

En realidad los estudiantes son una escenografía burda y agraviante, más cuando lo que le interesa al cacique no es que aquí se sepa lo que hace –para él majestuoso– por las prisiones vitalicias que una a una se caerán cuando se promulgue el Código Penal Único, sino que se oiga allá en la capital de la república. Para su desgracia, quien mejor puede oírlo tiene paciencia oriental, el señor Osorio Chong.

 

La deuda del estado de Chihuahua y la picaresca

jaime-herrera11mar2014

En los últimos días se ha desatado una sorda lucha por el poder que tiene como víctima propiciatoria al baecismo y victimario a César Duarte. En la jerga mexicana se le llama fuego amigo, no obstante que aquí los grados empiezan a alcanzar niveles casi de fisión nuclear. En el corazón está el 2016 y el sueño guajiro de que el poder es para poder y por tanto eterno. Se golpea sin piedad al equipo anterior, como haciéndonos creer que ignoramos que forman parte de un PRI que ya hoy sólo tiene un árbitro y jefe: Peña Nieto. Esta pugna tuvo por arena el problema de la deuda pública del estado de Chihuahua, cuyo estigma se quiere quitar el duartismo a toda costa y con engañifas de mayor o menor tamaño. Ahora resulta que Reyes Baeza dejó un enorme “boquete” que inexplicablemente lo ponen al descubierto entrada la segunda mitad del actual sexenio gubernamental. A reserva de volver sobre el tema, Jaime Herrera, absolutamente falto de tablas y oficio en materia hacendaria, y seguramente sin saberlo, recurre a una prototípica explicación en la vieja picaresca, en este caso la que bien se narra en Aventuras de Gil Blas de Santillana de Lesage.

Este escritor describe el mecanismo mediante el cual un gobierno decadente y en crisis recurre a la argucia de encontrar las causas en las decisiones que otros gobernantes del pasado tomaron para desgracia, en este caso de un reino. Su descripción –y no me voy a ir de largo– está en esta perla que Lesage nos brinda en su obra:

 

Quiero publicar una obra –nos diría Duarte en voz de Herrera– o especie de manifiesto para disponer al público a favor de mi ministerio. Ya he hecho correr secretamente la voz de que encontré las cosas en grande confusión y en muy mal estado, y ahora es menester hacer ver, así a la corte como a toda la nación, el triste atraso en que estaba la pobre Monarquía cuando tomé la rienda del Gobierno. Aquí se hace indispensable una pintura muy viva de la tal lastimosa situación de manera que dé golpe al pueblo y le haga no echar menos de ministerio pasado. Después ponderarás con gran énfasis (entiéndelo Herrera) las acertadas medidas que ha tomado el ministerio presente para ser glorioso el actual reinado, floreciente el Estado, y los vasallos felices.

Así se conduce el pícaro Herrera. El diputado César Jáuregui, a su vez, nos dice que el asunto ha quedado completamente claro –¿será?–; la “izquierda” calla. Y en la calle como retintín se escucha una pregunta: ¿Qué Duarte, Reyes y Patricio no son del mismo partido y corresponsables del desbarajuste? Aquí hay fuego amigo, descarnada lucha por el poder y un futuro banco que despunta para privilegio de unos cuantos: Unión Progreso, de un dueto de pícaros: uno Herrera y el otro, el que usted tiene en la punta… de la lengua.

 

Miguel Jurado y César Duarte: cuando las masas se atraen

jurado1-11mar2014  jurado4-11mar2014jurado3-11mar2014 jurado5-11mar2014

Nótese la «C» y la «D» resaltadas en la lona.

 

Miguel Jurado, hoy alcalde de Parral, concluyó su “experimento” de pluralismo adhiriéndose al PRI. Para él los años del PAN quedaron atrás. Hubo varios testigos del hecho y uno en especial: el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Chihuahua fue el encargado de dar espaldarazo en un evento en el que una gran manta dominaba en el escenario con una frase, traidora al Estado laico y a los principios mismos que sustenta el PRI: “Que el cielo bendiga a Parral”. Según se escoja, hay una explicación compleja para este asunto o una muy sencilla. Empezamos con la primera, que implica recurrir a Isaac Newton, el gran fundador de la física moderna con su Ley de la Gravitación Universal. De acuerdo a esta vertiente de interpretación, cuanto más masivos sean los cuerpos y más cercanos se encuentren, con mayor fuerza se atraerán, lo que significa que acercarse al priduartismo desde un PAN decadente y en caída libre significa indefectiblemente que la masa más obesa termina por fundir a la más libre o ligera. Todavía más concreto: a estos panistas se los tragó el PRI.

Ahora vayamos a una explicación menos compleja, psicologista y apoyémonos en François de La Rochefoucauld: “Más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de hacer traición”, lo que significa, ni más ni menos, que la debilidad del hoy alcalde no dio ni siquiera para proponerse lisa y llanamente la traición. Como sí lo hizo un día, por ejemplo, Picaluga para asesinar a Vicente Guerrero; Huerta a Madero y Pino Suárez; Camelia “La Texana” a Emilio Varela según históricos y ficticios ejemplos. Aquí simple y llanamente la debilidad se impuso. Algún notable del PAN, cuando Miguel Jurado planteó su experimento, le dijo que estaba cansado, que necesitaba un reposo para reemprender la ruta sin destruir la identidad que lo había hecho una personalidad cívicamente comprometida con su pueblo. No quiso entenderlo, digamos que estaba lábil, resbalable con facilidad y con el empujón de la masa mayor se fue empinado en el tobogán.

Hasta aquí este intento de aproximarnos al hecho con cierta sabiduría. Lo otro es –pobre Judas Iscariote– la historia de las treinta monedas. Pero esto ya suena áspero, ríspido y tengo para mí que quienes se acercan a estas cosas desean argumentos más tersos. Sea.

 

Miguel Salcido Romero: por la senda de Ramírez Benítez

miguel_salcido_saludo_rueda huevos-11mar2014

Ayer desayunaron los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia con el cacique mayor de Chihuahua. Para que se sepa quién manda y quién obedece en territorio del Poder Ejecutivo. Sólo se confirma una cosa: Miguel Salcido llegó para cumplir un encargo que riñe con la más tradicional lectura de El Barón de Montesquieu que, dicho sea de paso, no es tan cierto que haya sido el padre de la Teoría de la División de los Poderes, pero aquí se le recuerda por tener tan buena fama. El menú incluyó huevos de las gallinas de palacio.