En la entrega marzo-abril de la afamada revista Claves de la Razón Práctica, dirigida por el filósofo español Fernando Savater, aparece un artículo de Javier Tajadura Tejada, La justicia y los partidos políticos, en el que pone estos acentos: la negligencia de partidos y candidatos para abordar un tema nodal como es la administración de justicia, y particularmente el olvido de algo que resulta esencial en toda sociedad porque tiene que ver con el papel concreto, específico, cotidiano del derecho para resolver especialmente conflictos de orden privado. De hecho, el tema no es nuevo; lo que llama la atención es que los políticos que buscan el poder privilegian otras agendas, despreciando una que es cada vez más indispensable de un abordaje correcto. Y si eso sucede en España, en México elévelo a la quinta potencia.
En relación con el Poder Judicial de Chihuahua, recapitulo un manojo de temas, quizá más abundante pero de suyo importante en cada una de las particularidades:
1. El golpe duartista al Poder Judicial.
2. La llegada a las magistraturas de gente absolutamente improvisada que se puede quedar ahí hasta quince años más.
3. El gran malestar con las reformas a las leyes procedimentales (especialmente de orden penal) que fueron mal instrumentadas y que están envueltas en una parchología legislativa de todos los días.
4. El desmesurado crecimiento burocrático.
5. El deterioro superlativo de la independencia como poder y la pérdida de las formas republicanas (recuérdese que el presidente de ese poder llegó a ser una especie de ujier del Ejecutivo).
6. La llegada de nuevos cuerpos legislativos que están inaugurándose y para los cuales no existe la capacidad para que rindan los frutos que se buscan.
Es evidente que la tiranía que cayó el pasado 5 de junio debe llegar a una reestructuración a fondo del Poder Judicial, desde luego respetando el derecho y la división de poderes, en la inteligencia de que estos no son –no pueden ser– un feudo heredado por el duartismo para una larga etapa. En un momento muy importante de la vida política de Chihuahua –noviembre de 2014–, Francisco Barrio Terrazas abordó el tema del golpe duartista al Poder Judicial y la derivación de sus palabras esperan el homenaje de la mejor reforma que ahí se necesita.
El tema, como preocupación e histeria en algunos magistrados, ya llegó a los corrillos y a las conversaciones de quienes integran el pleno. Por hoy nos vamos a reservar los nombres, los tenemos perfectamente documentados, pero hubo uno, precisamente de los que llegó cuando Duarte le empedró el camino con el concurso de la minoría panista de la actual legislatura, que lo dijo con todos sus términos: “Vendrán por nosotros, vendrán por los trece”, a lo cual acotó otro que viene de la época de Martínez García: “Todos somos trece”. En otras palabras: habrá resistencias y se agarrarán a veinte uñas a su escritorio los que han envilecido al Estado de derecho, justamente en lo que debiera ser uno de sus lugares neurálgicos.
Esta opinión tiene buen ambiente en los círculos profesionales de la abogacía y excelente crítica. Hay que hacer reformas que funcionen, que sirvan para progresar y que no desbanquen la capacidad instalada de la profesión del derecho, tanto desde la judicatura como de la atención a los justiciables, lo cual debe entenderse a partir de una limpia que regrese la confianza en el Poder Judicial del Estado, y en especial en sus magistrados que integran el Tribunal Superior de Justicia.
Duarte humedece con lágrimas los rizos de Virgilio
No vaya usted a pensar que el cacique en desgracia está leyendo al clásico latino. La prensa da cuenta de que Duarte se reunió con el otro Virgilio, el Andrade Martínez, inútil funcionario y tapadera de la corrupción del gobierno federal. Hasta dónde llega el cinismo: según esto, conversaron de “gobierno abierto”, que a decir de este par de demagogos es el que se practica en el estado de Chihuahua, desde luego en su imaginación. En esa visita fungió como pajecillo Jesús Esparza Flores, el auditor superior del estado que muy pronto debe ser defenestrado, aunque él está soñando con seguir protegiendo a su compadre ballezano en la tramitación de las cuentas públicas de los últimos años.
PUES DIN DUDA, HAY QUE LIMPIAR EL PODER JUDICIAL CON CLORO Y JABON, EN ALGUNOS CASOS CON INSECTICIDA….CÓMPLICES DE CRÍMENES, CASOS OMINOSOS, QUE CASI SE LOS DEJAN A LA DELINCUENCIA ORGANIZADA O DESORGANIZADA PARA QUE SE ENSAÑEN EN OTRO PODER CON CHAROLA, YA QUE EL TAL DUARTE QUE DESDE CUANDO LO DESCONOCIMOS MORALMENTE…..CONVIVE CON DELINCUENTES DE ALTO CALADO PARA NO IR LEJOS DE SU PROPIA TIERRA….ES UN VIL GANSTER…SALIO MUY LISTITO LE GANO A ALCAPONE…POR CIERTO HAY QUE CHECAR ….LA EVASION DE IMPUESTOS VER LOS LIBROS DE SUS FORTUNAS HABER SI SON DE LOTERO Y JABONERO «JUAN GABRIEL SI LO SABE BIEN»……AHI TIENEN SU DERECHO TENER VIDA INTIMA…….MAS OJO EN LOS ATROPELLOS Y CRIMENES QUE DEBEN O QUEJAS QUE JAMAS INVESTIGARON …
Hola Lic. García Chávez, si le atino a los nombres, usted divulga los autores de los dichos espetados? Villegas Montes dijo“Vendrán por nosotros, vendrán por los trece”, mientras que Fierro fue el que expresó “Todos somos trece”.
En México la impunidad de los delitos es integral. El poder judicial bien puede estar integrado por afanadoras o limpia botas (muy respetables labores). Lo que menos interesa es el conocimiento de la justicia. Poco les importa vivir en un estado negado de derecho. Nos encontramos con El drama de la ineficiencia, el desdén, la corrupción de las instituciones, la nula imparticion de justicia y la escasa protección social. No se puede hablar de justicia y de la moralización de las leyes cuando se es una persona cínica, intolerante, deshonesta e irrespetuosa. La integración de la justicia tiene sus bases en la pugna entre el orden y el desorden. Punto.