Charlando con mis paisanos de ciudad Camargo, en particular con algunos que tienen vastos conocimientos sobre la petroquímica del lugar, me dicen lo que ya es un conocimiento extendido en la región: la planta no produce ni un gramo de urea. Pero van más allá: jamás, en las condiciones en que se encuentra actualmente, podrá ser puesta en operación para los fines que fue instalada a partir de los años 60 del siglo pasado.

La oreja de la corrupción asomó en todo esto. César Duarte, en connivencia con los altos directivos de PEMEX y el sindicato corrupto de Carlos Romero Deschamps (por cierto, del que es suplente Enrique Serrano) gastaron 400 millones de pesos para remozar la planta a sabiendas de que su obsolescencia es tal que ya no puede producir nada. Como se sabe, hasta acto inaugural hubo hace ya más de un año, pero no se ha generado ni un gramo de amoniaco, urea, o como se llame química y comercialmente. Por lo pronto, los 400 millones a alguien enriquecieron pero no hubo fomento alguno de la economía.

Algo parecido puede suceder con la famosa y “futura” reapertura de la Escuela Superior de Agricultura “Hermanos Escobar”.

 

 

Aclaración sobre calvos parralenses

Aclarando: hace unos días, en la ventana del Facebook que dice ¿Qué estás pensando? escribí: “¿Es de calvos equivocarse en Parral?”. Nulos likes tuvo esta frase, entre ellos el de Óscar Klassen Villa, que seguramente por su calidad de poeta y filósofo comprendió la hondura que asoma en esas palabras. En realidad se trata de algo muy sencillo y tiene que ver con tres calvos: César Duarte, cacique mayor; Miguel Jurado, cacique de Parral, y Miguel Primo Armendáriz, cacique en potencia –si se dejan– con los cuales la hermosa región del sur del estado involuntariamente ha exportado equivocaciones. Va esta pequeña galería de la infamia.