La deuda pública de Chihuahua sigue dando de qué hablar. Muestra inequívoca del desastre del duartismo, se quiere maquillar para bienpresentar y engañar a los chihuahuenses en la etapa electoral que está en curso. Si tuviésemos que afirmar algo importante, tendríamos que reconocer los constantes favores que Enrique Peña Nieto le hace a su cómplice César Duarte en esta etapa en la que el ballezano pasa por su peor momento, de manera natural por los ribetes de su cacicazgo, y sobre todo porque está en el naufragio acentuado de los últimos meses de un sexenio particularmente trágico para Chihuahua.

Desdiciéndose hasta de sus propios informes, Fernando Aportela Rodríguez, subsecretario de Hacienda y Crédito Público (uno de los segundones de Luis Videgaray), nos vino con el cuento chino de que la descomunal deuda chihuahuense no compromete las finanzas de la entidad. En otras palabras, vino a dar un espaldarazo, más político que serio, en materia de hacienda pública, al gobernador banquero y a su cómplice Jaime Herrera Corral. Aportela Rodríguez cree que los chihuahuenses comulgamos con ruedas de molino, ya que afirma que tener una enorme deuda no afecta para nada, cuando está más que claro que la capacidad financiera para pagarla cada vez se va estrangulando más, generando una onerosa hipoteca histórica que se puede extender a varios periodos gubernamentales.

Aunque no se le ha puesto la atención debida, se sabe de cierto que los corruptos Duarte-Herrera Corral quieren disponer del sistema carretero de Chihuahua, enajenándolo para, aparentemente, sanear la deuda. Todo un despropósito, que dicho sea de paso, trataría de oscurecer más la comprensión de lo que pasa con la hacienda chihuahuense que Duarte manejó como su cortijo, obteniendo beneficios aún no cuantificados pero que alcanza los cientos de millones de riqueza personal, dentro de los cuales el negocio de Unión Progreso es una muestra ya comprobada en el expediente penal AP/PGR/UEAF/001/2014-09. En el modus operandi del engaño está el obtener certificaciones de empresas como Fitch Ratings, que están al servicio de la especulación y la usura mundiales.

En esta materia, harán hasta lo imposible por maquillar el desgobierno duartista, a la hora en la que se encuentran en duros aprietos para imponerle a Chihuahua al continuista Enrique Serrano.