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Daniel García Coello, copropietario de la Universidad Regional del Norte, es un rector absolutamente versátil, ya que combina varias profesiones, no pocas industrias, hobbies como el cantar bravío y otras. Empero, el periódico que lo presentó como un ejemplo de líder, olvidó decir que también se le da la calumnia cómplice, como bien se dio cuenta el estado de Chihuahua y no pocos de los alumnos y egresados de la URN cuando, en compañía del rector de la UACH, de cuyo nombre ya no me acuerdo, y otros de dócil rango, salió en defensa del tirano Duarte –pues cómo no, el subsidio obliga– al altísimo costo de tener que difamar a quienes hemos tenido el valor cívico de denunciar la corrupción y podredumbre gubernamentales que padece Chihuahua. Por cierto, el rector debiera estar avergonzado del desplegado al que me refiero, por la ignorancia superlativa de las más elementales reglas de la gramática castellana, y si por las vísperas, los días, qué mal español se promueve en esa universidad.

Este “líder” acuña una frase que pudiera ser el lema de todo buen cínico y además la publicó: “No me acuerdo lo que hice ayer, pero siempre sé lo que voy a hacer mañana”. Pareciera que el hombre se presenta a sí mismo como un visionario, pero no hay tales seres cuando ven el pasado como algo que sucedió sin falta, augurando que el futuro se va a empedrar con nuevas y más graves abyecciones. Su pasado lo alcanza.

 

La santa alianza mirandista contra el matrimonio igualitario

 

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¿Qué sería si Miranda Weckmann estuviera neuróticamente preocupado por el matrimonio igualitario? ¡Imagínese! El arzobispo expresó a los medios que en efecto no está preocupado neuróticamente por este tema y a la vez dice que sigue en su postura en favor de la “ley natural”. Si tal cosa fuera, no permanecería en el celibato en el que, conjeturo, se encuentra. Se trata de uno de esos clérigos que abundan y que lejos de estar comprometidos con la “grey astrosa” de la que habló el poeta católico Ramón López Velarde, se dedican a hacer la política más radical del conservadurismo, porque ello les granjea buenos dividendos con las élites del poder económico y político.

Hoy, don Ausencio debe estar orgulloso de capitanear la santa alianza de los mojigatos de Chihuahua y discriminadores de oficio, que transgreden la república laica establecida constitucionalmente; tal es el caso de Doroteo Zapata y su señora esposa, y las esposas de no pocos firmantes de desplegados ramplones. Me parece que hasta el delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social, señor Christian Rodallegas, anda en esto. De ser así, todo un baldón para el sector público salud de la república y de este dolido estado que padece infinidad de pronunciamientos por el matrimonio igualitario, en franco olvido de los grandes problemas que laceran a la entidad.