Columna

Claudia y Xóchitl ya tienen la bendición papal

Aunque merece un análisis más exhaustivo, por ahora me valdré de la brevedad para comentar este asunto: violando el principio histórico de la separación de la Iglesia y el Estado mexicano, gran conquista del liberalismo que figura como precepto constitucional, las candidatas presidenciales Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum se entrevistaron, casi en competencia, con el Papa Francisco en El Vaticano.

Se vulnera el carácter laico de la república, el sentido de entes de interés público que tienen los partidos políticos, lo que ya de suyo es preocupante y grave. Pero habría que llamar la atención en dos o tres aspectos.

En primer lugar, el oportunismo de aparecer al lado del líder de la Iglesia católica para repercutirlo a un electorado mexicano mayoritariamente de esa filiación religiosa con la que se mimetizan para el engaño.

En segundo lugar, está claro que de esas entrevistas no se obtiene absolutamente nada concreto que pinte en actos que trasciendan en la vida de nuestro país.

Quizá el Papa no lo sepa, aunque se arrogue la calidad de infalible, que en estos días los candidatos presidenciales tienen en veda realizar campañas, y que mejor que hacerlo desde afuera con un ícono mundial como lo es el Papa, y en concreto con el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio.

Ahora sí que cuando los candidatos no tienen más que hacer, visitan al Papa.