Columna

“El Pichú” De la Rosa nació en marzo

El diputado morenista, Gustavo De la Rosa, es marzista, no marxista. Para justificar sumarse a la campaña de Adán Augusto López, invoca su historia, cita a Marx, a Lenin, a Ortega y Gasset, describe una historia en la que lo único que cuenta son los líderes, y narra toda una serie de dislates deshilvanados –con mala ortografía, por cierto–. Todo sea por pretender seguir en las actividades políticas remuneradas.

De la Rosa, al lado del expriista Daniel Murguía.

Dice que al expresar el motivo de sus simpatías por una de las “corcholatas”, camina más allá de su ámbito privado, el que transparenta para que todo mundo sepa que ha quedado unido al sucesor “natural” de López Obrador.

De todos sus pronunciamientos, se desprende que tiene corazón y lo ha ofrendado a Adán del Paraíso.