Hoy esta columna incursiona en los albañales de la política, pero no puede dejar de hacerlo para cumplir con otra evidencia de que los hijos de César Duarte están ingresando en la administración de María Eugenia Campos Galván. En este caso se trata de un personaje menor y ubicado en esferas bajas de la burocracia.

Nos llegó la noticia y el reclamo para que hagamos un comentario en torno a Héctor Elías Barraza Chávez, que ahora trabaja para una dependencia adjunta a la Secretaría de Gobierno. Es de suponer que ahí se encuentra y tutea con Pavel Aguilar Raynal.

El sello que marca a Héctor Barraza es la traición depredadora. Proveniente del priismo namiquipense, ingresó al PRD buscando la alcaldía de ese municipio serrano, meta que jamás logró porque allá sí lo conocen bastante bien. Coqueteó con MORENA y hasta fue secretario del municipio de Cuauhtémoc con el nefasto Carlos Tena.

Es uno de los artífices, junto con Hortensia Aragón, Pavel Aguilar y José Luis Acosta, conocido con el mote de “El Chero”, de la destrucción del PRD en Chihuahua, del cual medraron hasta agotarlo. A ninguno de ellos pecuniariamente le ha ido tan mal; aparte de presidir al partido, usufructuar sus finanzas, han ocupado cargos de diputados pluri e hicieron del nepotismo una regla sagrada de sus vidas.

Héctor Barraza es como los sapos que entran a una cueva, se inflan y eliminan a todos los demás. Fue síndico de la ciudad de Chihuahua, donde propició los negocios familiares, y lo nada curioso del caso es que ocupó ese cargo por orden de César Duarte durante su tiranía corrupta. Eso todo Chihuahua lo sabe y quizás sea un mérito en su currículum para ocupar el puesto que hoy detenta en la administración maruquista.

Obviamente que formó parte del grupo de Los Chuchos del PRD, otra pandilla depredadora de negra historia. Cuando Duarte reinaba, venía de la mano, además, del entonces gobernador michoacano Silvano Aureoles, a rendir loas al tirano.

Que recibía dinero de Duarte, lo muestra una foto que circuló profusamente en la prensa en su tiempo.

Lodo de aquellos lodos. Que se cuide el nuevo secretario.