Maru: gobernar por encargo
Se anunció la semana pasada que Maru Campos se ausentaría de Chihuahua por una semana, para atender una invitación que le hizo llegar el embajador de México en Washington, Esteban Moctezuma. Al respecto, es pertinente recordar que antes se tenía que tramitar un viaje de este corte ante el Congreso del Estado.
Al decir “antes”, preciso esta información: fue el diputado local César Duarte quien cercenó esa facultad al Congreso al calor de un debate sobre una ausencia del entonces gobernador José Reyes Baeza, que fue de paseo a París, porque, que se sepa, de allá no trajo nada, ni siquiera un disco Charles Aznavour.
Cuando se reformó la Constitución, obvio decir que Duarte era diputado local, el estado empezaba a arder por la profunda inseguridad y violencia que no ha cesado vertiginosamente desde entonces.
En otras palabras, el o la titular del Ejecutivo puede ausentarse de la entidad como lo hace cualquier vecino de su casa, no están sujetos sus viajes al extranjero, y por tanto no hay rendición de cuentas a la llamada representación popular.
La discípula del duartismo no tiene entonces ninguna traba para viajar fuera del país cuantas veces quiera, y lo hará, por asuntos que rebasan sus obligaciones públicas en favor de sus proyectos personales.
Nada más sencillo que gobernar por encargo, y a prácticamente un año de haber asumido la gubernatura, se ha ausentado por enfermedad, coincidiendo con momentos de crisis, al menos un par de ocasiones, y ha recorrido mundo visitando capitales europeas de ensueño: Londres, París y Madrid.
Su viaje otoñal a Washington no está exento de disfrutar la coloración de los cerezos y los maples tan icónicos de esta temporada en la capital norteamericana, y a lo mejor le alcanza para caminar por las calles adoquinadas de la Georgetown University, su alma mater.
Y para eso, gobernar por encargo se está convirtiendo en su hábito preferido. Esto no quiere decir que tenga un equipo de lujo al frente de la administración pública, porque a decir verdad, la mediocridad política es su blasón.