No cabe duda que en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) confunden y mezclan la delincuencia con la política. Nada de eso es extraño en el anquilosado corporativismo mexicano priísta.
Ahora Alejandro Villareal pasa de la prisión por sus fechorías delincuenciales y la sombra del duartismo a la Secretaría del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE en la cartera de la juventud. Algo así como un ejemplo para que los nuevos maestros sepan que el crimen sí paga, aunque a veces tenga el sinsabor de haber pasado por la cárcel.
No voy a referir aquí los méritos en campaña de Villareal para haberse trepado a la política de las faldas de Elba Esther Gordillo y su parentela. Sí en cambio recordar que el siemprebienpeinado y siemprebienmaquillado dirigente sindical cometió tales desmesuras que lo inhabilitarían para la promoción que hoy le han concedido.
Pero al charrismo sindical eso, antes que baldón, es mérito.
Si, un ejemplo más del devenir político del pasado reciente, aunque el sí estuvo en la cárcel, ¿por ser del SNTE?
En el Partido Movimiento Ciudadano Fernándo Reyes regresó 2 millones de pesos que según él le dió Duarte para solventar “ una necesidad familiar” PERO NO PISÓ LA CÁRCEL.
Posteriormente en el Partido de la Revolución Democrática Hortensia Aragón regresó 2 millones que le dió Duarte (dió exactamente el mismo argumento que Rodriguez) y TAMPOCO PISÓ LA CÁRCEL.
Necesidades familiares millonarias pero con capacidad de regresar la cantidad cuando les pisan la cola, políticos nuestros pues.
Rodríguez, no reyes