Chicana tras chicana, prórroga tras prórroga, Chihuahua naufraga ante la simulación, la injusticia y los intereses de los que han tenido el poder hasta ahora. Mientras la ciudadanía no se levante, todo empeorará en perjuicio de los que nada tienen, de los que la pandemia y la crisis económica los está dejando en la precariedad.

Por enésima ocasión, se posterga la audiencia en la que se iba a decidir si se vincula o no a un procedimiento penal a la candidata a la gubernatura del estado, María Eugenia Campos Galván. Ni en los días más negros de los gobiernos priístas habíamos vivido una banalización y trivialización de la justicia como ahora, durante el gobierno de Javier Corral, la Fiscalía de César Augusto Peniche y la presidencia en el Tribunal Superior de Justicia de Pablo González, todos ellos compañeros de partido y convergentes en ese fracaso, ya desastre, que se llama Partido Acción Nacional. 

En Chihuahua no hay justicia ni Estado de derecho porque se han supeditado a la vida intramuros de los intereses creados al interior del partido oligárquico, que ya no merece continuar, si alguna vez lo mereció, con las riendas del estado entres sus manos. 

María Eugenia Campos Galván debe ser vinculada a procedimiento penal. Eso no le va a impedir en la inmediatez para realizar su campaña electoral, pero tendrá que ir encarando a una sociedad que, dígase lo que se diga, la ve bajo sospecha por su complicidad con el duartismo y las prebendas en dinero que recibió al margen y en contra de toda ley. 

Se maneja el sofisma de su gran apoyo, desentendiéndose del juego perverso de los medios de comunicación que la presentan así. Bajo su lógica, entonces también la Coca-Cola es muy popular, y no por ella menos lesiva. 

Chihuahua no debe permitir, so pretexto de razones de partido e intereses oligárquicos, que se entregue en momento de crisis el gobierno a una persona con los antecedentes de corrupción que están a la vista y que ya todos sabemos. Muchas veces hemos hablado de la ciudadanía, de sus valores y fortalezas, pero ha llegado el momento de que lo demuestren. 

Han de entender quienes se empeñan en esta tarea de corrupción, deterioro y decadencia, que si cierran todas la compuertas para que impere el derecho, por otra parte están abriendo las de la revuelta y la rebelión.