Los medios de comunicación tradicionales de Chihuahua (El Heraldo, El Diario y sus socios) definitivamente no tienen remedio. Aparte de las tecnologías que los ha ido dejando atrás, su larga dependencia del erario los tiene arrodillados al punto de la extinción. Ya ni como mecanismo de negocio tienen viabilidad porque están en el monopolio del poder, y el lector ordinario prefiere descartarlos de sus lecturas.

Las últimas 24 horas en la vida de la gobernadora lo gritan por todas partes. Es el canto fúnebre de esa prensa dependiente y ruin.

Empecemos por el “editorial” que le publicó El Heraldo de Chihuahua el día de ayer a la gobernadora bajo el título “La resiliencia chihuahuense ante la sequía”.

Quien le escriba sus artículos a la gobernadora presumió la palabra “resiliencia”, muy de moda en el uso y abuso del lenguaje político neoliberal para sobarle el lomo a la sociedad.

De acuerdo a la Real Academia Española, resiliencia es la “capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”, lo que significaría que con motivo de la sequía previsible, continuación de la que ya viene de tiempo atrás, no nos queda más que adaptarnos, asumir las cosas como vienen sin que se cuente con políticas reales que sirvan para paliar en lo posible lo pernicioso que es la escasez de aguas.

La sequía no va a tomar igual al industrial, al agricultor capitalista o al ganadero de exportación que al campesino o al simple usuario del encarecido servicio de distribución y saneamiento en las ciudades.

Pero como para Maru Campos el recuerdo del agua de La Boquilla le dio dividendos, continúa con la misma cantaleta. No hemos visto que haya un sistema en marcha de rotación de cultivos, que se haya iniciado alguna investigación sobre los pozos clandestinos o que funcionan merced a la corrupción, las grandes plantaciones de nuez no se reorientan, se produce ganado de carne pero no para el común de la gente, y el sistema tarifario de las Juntas de Agua cada vez golpea más a la economía popular.

Sin embargo para Maru Campos lo rentable es “alertar” sobre el peligro de que se roben el agua de nuestras presas. Y quien le hay escrito el artículo a Maru Campos no sabe el abecé del problema, y si lo sabe lo oculta.

El día de hoy, pasando a otro tema, el mismo periódico, El Heraldo, en un afán por justificar que Javier González Mocken fue designado presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos dice que el nuevo funcionario tiene un “plan robusto, meticuloso y pocas veces visto” para la defensa de los derechos y que se han unido gobierno y CEDH para trazar una ruta de trabajo, colaboración y tejer una política.

De plano se nota que la autonomía del órgano se la pasan por alto. Pero todo sea por remendar la herida que le infligieron a la mortecina comisión. Por otro lado, resaltemos que la columna Ráfagas, también de El Heraldo, no se queda atrás en la loas al poder. Será porque para eso le pagan.

Finalmente, los periódicos de Osvaldo Rodríguez Borunda, los Diarios, en la columna propia de Opinión, dicen que la gira exitosa de Xóchitl Gálvez por Chihuahua la organizó, ni más ni menos, el gobierno del estado. Afirman: “Ha sido la gobernadora Maru Campos la pieza clave de ese engranaje, a cargo no sólo de cuajar el proyecto a nivel estatal, sino de cabildear a nivel nacional la conformación de un bloque opositor, capaz de superar la simulación natural que podría esperarse de un proyecto de esta naturaleza”.

En otras palabras, el maruquismo, que significa la alianza oligárquica y la unión de dos partidos irreconciliables, también se patrocina con dinero del erario para publicar la rascuache columna dominical de El Diario de Chihuahua.

Esa es Maru y su prensa podrida.