Parece insustancial el siguiente comentario: todas las mañanas, sobre la avenida Venustiano Carranza, aledaña al Palacio de Gobierno del Estado, se colocan agentes de Vialidad para controlar un tráfico que está semaforizado y por consecuencia resulta autogestivo por los conductores de vehículos.

De paso ponen en riesgo de sufrir un accidente a esos agentes que prácticamente tienen que estar “toreando” los automóviles.

Pero el día de hoy esa presencia se triplicó y me hace pensar que es un afán de mostrar una extensión palaciega para indicar ostentosamente que ahí está el poder.

En realidad es absolutamente inútil ese despliegue de tantos agentes de Vialidad y eso denota una actitud enfermiza por darle presencia a mujeres y hombres que detentan el poder.

Seis o siete agentes que a media calle batallan con un tráfico pesado hacen más falta afuera de las escuelas o en cruceros de verdadero conflicto. Pero eso poco le interesa a las autoridades.

Insisto, parece que esto es una minucia, pero realmente es una expresión más de esa arrogancia autoritaria de la que se rodean los gobernantes, y no se diga con el uso de guaruras, porque ya hasta funcionarios a quienes nadie toma en cuenta en el mundo traen su séquito de empistolados.

Así andan esas contradicciones.