patricio-mtz-27feb2015

Patricio Martínez es de esos “parlamentarios” que suben a tribuna para leer efemérides. Esas son sus participaciones, o bien subirse en una reja manzanera y no hacer nada el resto del año y, desde luego, votar con una fe de carbonero por todo aquello que le indique su pastor, en este caso el corrupto gángster Emilio Gamboa Patrón. Olvidaba decir que también tiene el complejo de legislador lirón que duerme a patita tirante y sobre su curul cada vez que puede.

En un país con gravísimos problemas, con absoluta falta de credibilidad en sus diputados y senadores, en un estado como el de Chihuahua conmovido por la corrupción política del cacique Duarte, Patricio Martínez García subió a tribuna para presentar un punto de acuerdo con solicitud de decreto, para “honrar la memoria de hechos trascendentales en la historia de las relaciones diplomáticas México-Japón”. Solicita compulsas hemerográficas e investigaciones complementarias, que desde luego ya existen, pero nuestro “librero” ni siquiera conoce, mostrándose como ígnaro que es en materia de relaciones internacionales del país, particularmente con las regiones de Japón, China y Filipinas. Pero al parecer a él le ha dado la enfermedad del nipón: ni pone iniciativas, ni pone nada. Costoso el papel del senador, pues para realizar ese papelón no haría falta invertir en él ni medio centavo.

Pasará a la historia parlamentaria del país como uno más del enorme montón de senadores que no sirven absolutamente para nada, salvo para engordarle votos a un régimen regresivo condenado al colapso.

Por eso le digo a Patricio, con todo el buen humor del que él mismo es capaz (porque hay que reconocérselo): si Japón es tu pale, pues China tu male. Y así ya casi completa la geografía oriental. Quizá después nos endilgue su presumida ascendencia en la verde Irlanda, y por qué no, si sólo sabe leer efemérides en la tribuna del Senado.