Hay encuestas electorales que debieran rotularse con este lema: “De esta sopa tienen que tragar”. En especial las que produce la empresa Massive Caller, que todo indica es ducha en el arte de cucharear en favor del PAN. Pero no sólo, en realidad se dedica a ir posicionando, como la pertinaz gota que horada la roca, escenarios deseables a sus patrocinadores, ubicados en los centros de interés de la derecha política. 

Ahora, como hace unas semanas, nos vienen con el cuento de que María Eugenia Campos Galván va punteando hacia un triunfo electoral y, ¡oh casualidad!, seguida muy de cerca por Rafael Espino De la Peña, el empresario de origen zedillista que sufraga munificentemente su propia campaña de posicionamiento, porque en Chihuahua, si no de manera perfecta, sí es un gran desconocido. 

Llama la atención que para maquillar la credibilidad que se pueda llegar a tener en esta pifia de encuesta se diga que un altísimo de los “encuestados” no haya decidido aún, alcanzando el 32.7%. Eso significa que no hay nada para nadie. Pero detrás se esconde una simulación.

Por lo pronto, en estas encuestas nadie cree y es vano esfuerzo, salvo porque los que la patrocinan están bajo el malvado lema antes mencionado.