Columna

Maru tropieza en el asunto Andrés Valles

Finalmente Andrés Valles Valles tendrá que permanecer más tiempo en prisión. Mala noticia, porque se trata de un caso importante para él, su familia y sus compañeros, desde luego, pero de gran impacto para quienes levantan la voz en este tiempo nublado.

Hace unas semanas, María Eugenia Campos Galván echó las campanas a vuelo y sembró optimismo. Hoy se tropezó y no podía ser de otra manera cuando el convenio que firmó en Gobernación tenía dos obstáculos esenciales, ineludibles: de una parte, al órgano jurisdiccional que sustancia la causa penal y, de otra, una fiscalía autónoma, que están fuera totalmente de los poderes ejecutivos estatal y federal.

La dilación que se dictó ayer entra en esa lógica de competencias inevitables. Los presos políticos, tarde que temprano pueden lograr su libertad, más allá de las agencias formales, como lo hemos visto en otros casos, sobre todo durante el autoritarismo priísta.

Que permanezca en la cárcel preocupa, porque el caso puede quedar triturado en la política de los que firmaron el convenio de marras.

No es desconocido que María Eugenia Campos Galván atizó el fuego durante el conflicto del agua, que Javier Corral ni supo ni quiso atender el problema, y que ambos son parte del PAN, aunque ahora se encuentren en riña irreductible.

Se advirtió el día de ayer, pues fue muy obvio, que después del tropezón se puso en circulación que Maru había destrabado los sueldos para el magisterio. Acostumbrada a ser política tras los cortineros, ayer su departamento de comunicación montó una de humo, pues ya saben, debe haber mucha coherencia entre la política y la “comunicación”, porque a veces está de por medio la chamba, como le sucedió al hoy extinto director de transporte estatal.

Pero se deben rebasar los oportunismos, liberar a los cuatro presos políticos y tratar, además, con seriedad y respeto el sentimiento y la dignidad de sus familiares que han visto trastocada su vida cotidiana.