
Maru, cretina y mentirosa
Aparte de parecer un gobierno canalla –y de canallas–, el de María Eugenia Campos Galván se caracteriza por su cretinismo desbordado. Lo practica porfiando de que nadie le puede replicar absolutamente nada, por el control que ejerce sobre los medios en general.
De este tema me he ocupado en referencia a la prensa escrita, de papel, olvidando erróneamente que los otros medios, como la televisión y la radio, y muchos otros de corte digital, se dedican cotidianamente, previo pago con cargo al erario, a maquillar a la actual administración, servir de tapadera y practicar la adulación contumaz.
Es el caso a considerar de su discurso recientísimo que pronunció al recibir el Premio Antena, otorgado por la industria de la Radio y Televisión, durante su 96 Convención Nacional, realizada en la capital de Chihuahua el día de ayer.
El abyecto evento de cortesanía de los propietarios de dichos medios, produjo que la gobernadora dijera, aunque nadie con dos dedos de frente lo crea: “la búsqueda permanente de la verdad es el motor que permite el dinamismo de la discusión pública, evitar errores y reforzar la toma de decisiones de manera plural e inteligente, para evitar a toda costa lo que lastima a la sociedad”.
Ebria de poder, vanidad y felicidad reciente, Maru no tuvo más remedio que morderse la lengua, porque de todos es sabido que hay un abismo entre esas palabras y la realidad del control y sumisión de los medios a este gobierno, que alcanza rangos que superan a lo que sucedió durante la era duartista.
Para sellar el encuentro que se tilda de antiverdad, nada mejor que una buenas viandas, un riego de buenos vinos y la alegría que se dispensó entre quienes comparten intereses comunes, cobijados por el presupuesto.
Como decía El Quijote, la verdad puede enfermar, pero no muere.

