Las encuestas con metodologías y reglas rigurosas son un excelente instrumento para sondear a la sociedad y extraer conclusiones, que al final no pasan de ser indicios. En el sistema democrático suelen prestar resultados para pronosticar acontecimientos, pero sobre todo toma de decisiones.

Pero como todo, son maleables y también sirven para el engaño. Razonablemente esto se puede demostrar con las encuestas que patrocina el municipio de Chihuahua. En las últimas semanas el alcalde Marco Bonilla publica encuestas en las que se coloca en los primerísimos lugares com uno de los mejores alcaldes de los miles de municipios que hay en el país. El día de hoy se dice que está en el top 3 y el sentido común debe imponerse para catalogar esto como una simple mentira, lisa y llana.

Bonilla no tiene ni seis meses en el cargo como para que en una muestra nacional se le ubique a ese nivel, de donde se desprende que ese tipo de encuestas están puestas al servicio del engaño y sin más ni más de la burda propaganda.