Labiuda naranja
Hoy nos desayunamos con la noticia de que María Ávila Serna fue reclutada por Movimiento Ciudadano, por si alguien tenía alguna esperanza de que este partido pudiera ser una alternativa democrática y flexible en el futuro electoral de Chihuahua.
La señora Ávila Serna tiene una larga carrera parasitaria en la política a la que nutrió el Partido Verde, que ni es ecologista y sí un aliado oportunista del poder, y que lo mismo ha estado aliado con el PRI que con el PAN, y actualmente con MORENA.
Pero la señora Ávila es de las que no da paso sin huarache, y ha logrado ser diputada federal y local en dos ocasiones, lucrado de las prerrogativas y practicado el nepotismo marital. Ha estado involúcrala en múltiples escándalos de corrupci, tanto en el Partido Verde como en la llamado “Nómina Secreta” al lado de su amiga Maru Campos.
Ahora viene a Chihuahua a reeditarse con ropajes naranjas, invitada a decir de ella, por el senador Dante Delgado, dueño y patrón de Movimiento Ciudadano, para “auxiliarlo” con el sector agropecuario. Ni la burla perdonan.
No es extraño que en la “toma de protesta” la haya acompañado la traidora Adriana Terrazas, la china poblana Georgina Zapata y la olvidada Lily Ibarra, cuya diputación local pasó de noche. Lo que hace la labia.
Así las cosas, los partidos siguen siendo la causa del desencanto con la política. No les extrañe que al grito de que se vayan todos, con todo y lo negativo que pueda ser, asome en el horizonte.