La derechización latinoamericana
El reciente triunfo electoral del conservador José Antonio Kast en Chile prendió las alarmas sobre el avance de la ultraderecha en el continente latinoamericano, pero mucho me temo que acá no hemos estado estado leyendo oportuna ni correctamente tales señales.
Me incluyo casi por mera cortesía, porque desde esta columna hemos hablado de esos síntomas desde hace mucho tiempo. El momento más reciente fue durante las recientes conferencias de exiliados salvadoreños y nicaragüenses organizadas con apoyo de la UACH, hace unos días, donde se tocó el tema.
Es un asunto que incluso ahora “preocupa” –ese fue el término que uso– al líder parlamentario de MORENA en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal. Claro que él lo hace desde su posición de poder, ante una eventual pérdida del mismo, porque ha sido uno de los beneficiarios del nuevo régimen y usufructuario de su apellido para conformar un clan que ha impuesto su dominio en el estado de Zacatecas.
El tema da para mucho, y me parece que seguirá dando para el análisis y la reflexión sin retardos, no sólo en los próximos días o meses, sino en los años venideros, aun cuando para muchos ese asunto se considere, erróneamente, que está muy distante de nosotros.
Trump, faltaba más, ya felicitó a Kast por su triunfo, mientras acosa y amenaza a la Venezuela de Maduro y eleva los niveles de invasión como ha ocurrido en otros momentos de la historia latinoamericana frente al imperio norteamericano.
Puede que sea de mal gusto, pero quizás sea tiempo de asumir y no repartir culpas entre las izquierdas cuyos errores, deliberados o no, opacidades, ambiciones y corrupción hayan permitido el avance mismo de la derecha.
Como digo, falta mucho análisis, reflexión, pero sobre todo propuestas.


