Por la víspera, los días, reza el famoso refrán mexicano, a propósito del doble evento municipio-gobierno del estado para conformar sendos consejos de seguridad que, como ha ocurrido en el pasado, se pierden en la pátina de los tiempos.

En Ciudad Juarez y con dos secretarios del gobierno federal como testigos, el secretario de Seguridad Pública Estatal, Gilberto Loya Chávez, presentó –no se ría– el Modelo Chihuahua, que, según se dijo, incluye la “Plataforma Centinela”, cuya cereza del pastel consiste en la construcción de una “Torre Centinela” en aquella frontera.

Obra de relumbrón, si es que termina antes de que Maru Campos le dedique más tiempo a sus aspiraciones presidenciales, y enfaticen, realmente, acciones contra la inseguridad pública que no cesa prácticamente en ningún municipio de la entidad, mucho menos en la sierra donde los cuerpos policíacos sólo acuden en caravana para tomarse la foto.

Pasa lo mismo con el anuncio de que se construirá, con acuerdo del gobierno morenista de Sonora, una carretera que conectará a Chihuahua con Guaymas, mientras las ciudades del estado, especialmente Juárez y la capital, mantienen los baches que nos dejó el hoy vinculado a proceso César Duarte Jáquez y afianzaron los gobierno municipales de Armando Cabada y la propia Maru Campos, respectivamente.

Para ellos en realidad la inseguridad no importa. Lo que importan son las aspiraciones electorales y granjearse a los votantes con anuncios, promesas y obras espectaculares. Esa plataforma centinela tal vez tenga el mismo destino que la tan cacareada unidad pomposa y temerariamente llamada “Mamba”, o el llamado Escudo Chihuahua, tan poroso como el queso gruyere, con resultados violentos que todos tenemos a la vista.