No es necesario ni presentar las estadísticas, todo mundo ve los hechos en la nota roja y se percata de la violencia existente en la ciudad de Chihuahua, cabecera del municipio que preside María Eugenia Campos Galván. Los hechos están ahí y no hay quién pueda desmentirlos; hasta la muy empresarial, derechista y conservadora FICOSEC los reconoce de manera tan indubitable como que existen los cerros Coronel, Santa Rosa y Grande. 

El “Escudo Chihuahua” que tanto se presume con fines electorales y de engaño, está tan agujerado como una piedra pómez, de esas que sirven para rasparse los callos. Hablar de Escudo y contrastarlo frente a los hechos, es encontrar de manera segura una realidad que para nada se puede presumir como lo hace la alcaldesa, que continúa autofelicitándose todos los días en la prensa, presumiendo baratijas, engañando a los ciudadanos de Chihuahua. 

Cuando vemos estas conductas en la funcionaria pública no nos queda más que gritar a los cuatro vientos que ella, su partido el PAN y su posible candidatura de ultraderecha, hay que lanzarlas al drenaje porque ya han causado mucho daño, como para seguir padeciendo este terrible mal por muchos años más.