Columna

Duarte-Serrano: el PRI busca rector para la UACH

Enrique Seáñez Sáenz pasará a la historia de la Universidad Autónoma de Chihuahua como el hombre que ocupó la Rectoría y la redujo a un seccional más del PRI. Será recordado como el más impúdico entreguista de la autonomía universitaria a un cacicazgo como el de César Duarte. Hoy a nadie le queda duda que la UACH es un instrumento de la operación política y electoral del PRI y que la función de la más vieja universidad del estado se ha pisoteado, en particular lo que se refiere a los fines declarados que debiera cubrir tan importante institución. Hablo de algo que ha quedado congelado y que constituye una fría verdad.

Lo que más evidencia esta corrupción (la corrupción de lo mejor es la peor) es la actual pugna interpriísta por apoderarse de la Rectoría por seis años más y desde luego de la jugosa administración central, que se ha convertido en un botín de la empleomanía y de los indolentes. Recordando el viejo Manifiesto de Córdoba, podríamos decir que la UACH se convirtió en “el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y, lo que es peor aún, el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara”. Los precursores de esta tragedia se recuerdan bajo los nombres de José R. Miller, Reyes Humberto De las Casas, Rodolfo Torres Medina, José Luis Franco.

Llama la atención que esta tragedia hoy se vea como lo “normal”, lo cual sucede sin que alguien levante la voz. Con todo cinismo, se dice que la decisión para favorecer a tal o cual con el cargo, que en breve se va a decidir, está en manos de César Duarte y del candidato priísta a la gubernatura, Enrique Serrano. Un periodista de la tiranía pretende decirlo de manera elegante: va del Palacio de Gobierno a la calle Melchor Guaspe, donde se ubica la sede del Comité Directivo Estatal del PRI. Las peores artes para un lugar que debiera permanecer al margen de estos juegos de poder que denigran a la universidad.

Aquí Seáñez con la exdirigente del PRI
Enrique Seáñez con Karina Velázquez, exlíder del PRI.

Recién se cayó el viaje VTP de placer a la playa que se había diseñado para los consejeros universitarios alumnos; alguna denuncia malogró esa atrocidad, pero no dude que sobrevendrán mecanismos de dulce y coscorrón que augura una decisión unánime para encumbrar en la Rectoría a un politicastro, aunque la universidad se vaya por el caño, como lo demuestra que sea de las más caras del país y se encuentre en el nivel 201, es decir en el sótano de la instituciones educativas de México.