Columna

Corrupción y equilibrismo en el gobierno de Sheinbaum

La detención y procesamiento del vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna, sobrino político del exsecretario de Marina en el gobierno de López Obrador, Rafael Ojeda Durán, es un caso sobresaliente de combate a la corrupción política en el que están involucrados, aparte de otros funcionarios, sociedades y empresarios, y puede derivar en una valoración completa de cómo abordará este gobierno la lucha contra el llamado huachicol fiscal, y más allá.

De sobra está decir que el solo hecho de la detención, independientemente del resultado tortuoso que tendrá el caso, es un mentís contundente de lo que López Obrador quiso convertir en una verdad absoluta, cuando señalaba que la corrupción se había acabado en México y que las Fuerzas Armadas eran incorruptibles, empezando por la Marina, a la que se le quiere presentar como impoluta, que no lo es, como ya se ve.

En el caso ya se reporta un homicidio de un marino (se habla de un suicidio), y de dos personas más que podrían estar vinculadas a estos hechos, un marino y una empleada de la Fiscalía General, ambos ocurridos en Colima.

Vale la pena mostrar cómo han tratado los medios este delicado asunto que puede tener trascendencia política muy importante. El País ha informado lo siguiente:

“Era noviembre de 2024. El contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar iba conduciendo su camioneta roja por el centro de Manzanillo, en el estado de Colima. En una de las avenidas, dos sicarios lo interceptaron en una moto y vaciaron sus cargadores, acabando con su vida. En su momento, se especuló si el asesinato del funcionario de la Secretaría de Marina tenía que ver con varios decomisos de precursores para drogas sintéticas en el puerto de esta ciudad, principal entrada y salida al comercio con China. Este domingo (7 de agosto), el diario Reforma, citando fuentes de la Fiscalía General de la República, aseguraba que en realidad fue debido a que había denunciado ante el entonces titular de la Marina, el almirante Rafael Ojeda Durán, la red de corrupción en las aduanas comandada por sus sobrinos políticos, los hermanos Farías Laguna; la misma que se anunció su desmantelamiento este fin de semana con la detención de 14 personas relacionadas con el contrabando de combustible”.

Agrega el medio:

“A mediados de junio, el contralmirante Guerrero Alcántar redactó una carta para Ojeda Durán, secretario de la Marina de 2018 a 2024, el periodo completo de López Obrador. Según dice Reforma, que ha tenido acceso a los documentos de la investigación, en ella denunciaba a Farías Laguna, sobrino político de Ojeda, de manejar las designaciones de marinos para que gente de su confianza acabará en puestos clave de aduanas para poder operar su red de contrabando. Guerrero llegó a reunirse con el almirante Raymundo Morales, sucesor de Ojeda, el 10 de octubre. Luego se fue de vacaciones, avisando a la Marina de dónde exactamente iba a estar esos días en Manzanillo y Mazatlán. La investigación hipotetiza que los autores materiales hasta podrían ser miembros de la Secretaría y haber cometido el asesinato, con el mismo modus operandi y armas, de Magaly Nava Ramos, empleada de la Fiscalía General en Colima”.

Este vistazo a fuentes periodísticas no gubernamentales habla claro de la gravedad de lo que está sucediendo, porque además ocurre luego de la visita del secretario de Estado de Trump, Marco Rubio, que está exigiendo que se implanten aduanas conjuntas de México y Estados Unidos, como ya existen en Canadá, aunque el gobierno mexicano ha matizado una eventual colaboración y hasta términos cronológicos le pusieron.

Pero esto no ha empezado bien, porque se deja sentir que el gobierno de Claudia Sheinbaum se mueve en una especie de cuerda floja para atender a Trump, y por otro lado a la cabeza del gobierno federal anterior y del cual ella surgió. Un par de botones de muestra lo evidencian:

A Rafael Ojeda, el exsecretario de Marina, se le está exonerando por anticipado; él no sabía lo que hacía sus sobrinos y su familia, contraviniendo la máxima de López Obrador de que el presidente está enterado de todo, especialmente de las transas mayúsculas, y el huachicol es uno de esos negocios.

Como equilibrista, la Presidencia tiene en un polo a Trump y parece entregarle la muestra de un vicealmirante en prisión; en el interior, ya el fiscal Gertz Manero dijo que Adán Augusto López no está vinculado al grupo criminal la Barredora.

Pero volveré sobre este tema.