Columna

Congreso del estado y su negligencia con la historia

El 27 de junio del año pasado, elevamos al Congreso del Estado de Chihuahua una sencilla solicitud para que se designara al profesor Antonio Becerra Gaytán como un ciudadano distinguido del estado.

De esa fecha a este momento se han publicado dos libros sobre su presencia cívica, uno de Jesús Vargas Valdés, y otro de Javier Contreras Orozco. Son obras diferentes, pero tienen como punto de convergencia narrar la vida pública de un hombre, ubicado en la izquierda política, que forma parte ya de nuestra historia y con suficiente mérito para que se le honre con una distinción congresional como la que promovemos.

En la solicitud se hace mención de un hecho que por sí solo justificaría la petición: Becerra Gaytán fue objeto de una desaparición forzada a finales del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y cuando en Chihuahua estaba al frente del Ejecutivo, el asesino Óscar Flores Sánchez.

De esa desaparición lo rescató un gran movimiento social que no permitió que a un ciudadano chihuahuense, por razones estrictamente políticas, fuera secuestrado, reprimido, y seguramente las cosas habrían pasado a más si no se interpone el reclamo social, que a la postre redundó en su liberación, que se tradujo en un triunfo social.

Pero nuestro Congreso ni ve ni escucha este tipo de solicitudes, justificadas sin mayor dificultad. El asunto se turnó a comisiones y hasta la fecha sólo ha habido como respuesta un silencio vergonzoso.

En particular topamos con la facciosidad de la fracción panista, ellos sí muy diligentes para honrar a sus héroes, lo que no reprocho a condición de que se reconozca la pluralidad de Chihuahua, porque las grandes luchas por la democracia y la justicia social han tenido como abanderados a personas distinguidas en la izquierda política, precisamente de la que ha formado parte destacada el profesor Becerra Gaytán.

Los diputados de MORENA, por decir lo menos, han sido omisos para procesar un dictamen y sacarlo adelante. Pero no tan sólo eso, se han conducido con negligencia y a través de mentiras, ya que en diversas ocasiones se ha hablado con ellos, han ofrecido actuar, han puesto plazos, pero jamás se comunican para responder, lo que nos lleva a la pertinencia de hacer una pregunta, y es la siguiente: ¿valdrá más la pena desistirse del intento? Parece que tal cosa es así.

Aquí MORENA habrá perdido la oportunidad de ganar una batalla cultural importante, en un estado que a fuerza de falsedades se le quiere mantener afiliado sólo al conservadurismo y a la derecha.

En esto no se ve la importancia de rescatar una rica historia de verdaderos próceres sociales, a los que los prohombres de la derecha no les llegan ni a los talones.