Como ya es tradicional, llegan los procesos electorales y se entrampan las decisiones en el Congreso del Estado. Ahora resulta que la Junta de Coordinación Parlamentaria procesa una terna para elegir al presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) en la que se advierte que los dados están cargados en Javier González Mocken, al que el gobierno actual le debe algunas facturas electorales que hicieron posible que Maru Campos sea gobernadora de Chihuahua.

González Mocken es una bofetada a la sociedad chihuahuense, más cuando lo presentan como el “mejor calificado” en números que se antojan caprichosos para elevarlo a la presidencia del organismo derechohumanista.

De por sí la CEDH ha sido una institución nula, con este nombramiento estaría firmando su acta de defunción.

Por otro lado, no hay consenso para la reforma al Poder Judicial, en concreto en lo que se refiere a la elección de magistrados. Tenemos más de veinticinco años tratando de hacer una reforma judicial y no se logra. Esta sería otra ocasión igual, pero por presiones de tipo político-electoral.

La fracción parlamentaria de MORENA ahora está en la oposición en ambos casos, pero quizás si logran litigar con éxito sus asientos para la reelección, se pronunciaría aquella frase de “aquí no ha pasado nada”.

A final de cuentas, González Mocken ha sido pieza comodín en todos los partidos. Y que Chihuahua lo sufra.