Arturo Zaldívar: para qué tanto brinco…
Arturo Zaldívar, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, declaró que someterá a consulta del pleno lo que ya se conoce como “el regalazo”, consistente en la prórroga que va en su favor de la manera más grotesca imaginable. Para ser el presidente de la Corte y un jurista de prestigio —nadie se lo regatea— se está viendo mal en este caso. Me explico:
Se violenta la supremacía constitucional al disponer una reforma que tiene su propio camino, como es muy sabido. Además se hace en un transitorio al vapor, y lo más grave, con pertinaz injerencia del presidente de la república, empeñado, como se sabe, en concentrar en su persona todos los poderes de la nación.
Puede ser que Arturo Zaldívar se quiera ver diplomático, que no sea él quien rechaza el regalazo, sino la simple mayoría del pleno, no lo veo bien, pero si fuera el camino para batearlo, estaría correcto aunque mediocremente. Pero, ¿para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? Bastaría una declaración de Zaldívar en el ámbito estricto de su libertad personal, expresando que simple y llanamente acatará lo que dispone la Constitución vigente. Y sanseacabó.
Son garbanzos de a libra, de esos que no se cultivan mucho en la política nacional.