El jurista Marcos Molina Castro puso los puntos sobre las íes en un estupendo artículo denominado “La mentira política” y que apareció publicado ayer en el periódico El Heraldo de Chihuahua. Molina escribe sobre Javier Corral y la práctica permanente de sus falacias en torno a la denominada “Operación Justicia para Chihuahua”, que se ha caracterizado por pretender barrer la corrupción de abajo para arriba.
Pero sea como sea, la misma adolece de una deficiencia fundamental: la carencia de basamento jurídico precisamente por el descuido, abulia y falta de atención que el gobierno pone en estos temas. De tal manera que los millones y millones que pretende repartir a los que “menos tienen” no se concretará de ninguna manera.
Mejor transcribo la parte medular de ese artículo:
“… la legislación vigente en el estado no ofrece perspectivas de que el programa sea fructífero, porque Corral Jurado ignora -u oculta- que el sistema anticorrupción en que debe sustentarlo está incompleto, pues el Congreso Local, al tratar de adecuar la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado a la Ley General de Responsabilidades, erróneamente la abrogó desde 2017, y entonces dejaron de ser faltas administrativas las conductas que sancionaba como tales. Por tanto, los procedimientos iniciados por la Secretaría de la Función Pública Estatal y los que se instauren ante el Tribunal Administrativo carecen de sustento legal, tanto en lo sustantivo como en el procedimiento, pues se apoyan en una ley inexistente; y así, su resoluciones serán anuladas por el Poder Judicial de la Federación en la guía del amparo”.
Y es que Corral es “mendaz, hábil”, según él, en el manejo de la mentira, pero se olvida de que acá afuera en la realidad esto más temprano que tarde se sabe y él ya alcanzó su lugar de mentiroso contumaz.