Vocero para las estadísticas, no tiene capacidad ni para integrar su equipo. De un tiempo a esta fecha Víctor Quintana, encargado de Desarrollo Social en el fracasado gobierno corralista, hace del puesto una simple vocería para proporcionar estadísticas. Muchas palabras, abundantes números y escasos hechos que honren la consecuencia de los dichos. 

Así sucede cuando los gobiernos son erráticos, desidiosos, proclives a la incuria y la traición a los compromisos públicos contraídos. No está mal que se nos refresque la memoria por el sociólogo secretario, lo criticable es que sólo aparezca para proporcionar las siniestras cifras sin programas para corregirlas. Pero a falta de pan, tortillas. 

Ahora nos dio las cifras de los embarazos adolescentes con la violencia, un tema complejo para abordarlo simplemente en una conferencia de prensa. Muchos números, pocas correlaciones con el fenómeno tratado. 

Sucede lo mismo con el nombre que le pusieron a la secretaría de la cual es titular, porque al parecer también se le adosó algo que tiene que ver con la humanidad. Pero, mientras esto sucede, ni siquiera es capaz Quintana de que le autoricen el nombramiento de la directora de Grupos Vulnerables, que dejó vacante la señora Falomir, a la que, dicho sea de paso, le reconozco su trayectoria personal.

¿Por qué sucede esto de mantener acéfala una dependencia? Muy sencillo: la desidia que no puede corregir el estadístico secretario.