Debemos a la magistral pluma de Antonio Gramsci el haber retomado la enorme tradición de la reflexión política, sobre todo las páginas que nos dejó sobre el príncipe moderno. Con esta entrega tomo en préstamo una idea que tiene que ver con el político y la ambición, con términos que suelen ir indisolublemente ligados. El italiano afirmó: “La gran ambición, además de ser necesaria para la lucha, no es ni mucho menos despreciable desde el punto de vista moral; al contrario: todo depende de si el ‘ambicioso’ se eleva después de haber hecho el desierto a su alrededor o si su elevación se condiciona conscientemente a la elevación de todo un estrato social y de si el ambicioso ve precisamente su propia elevación como un elemento de elevación general”.
Es obvio que en esta cita permea una idea marxista, pero no es ese el tema que pretendo abordar, que se refiere centralmente a una circunstancia que vive el país y que tiene que ver con la búsqueda de escaleras para llegar a elevadas cimas del poder, sin más tablas que el simple deseo, el empleo de la oportunidad, o muy modestos aportes a la vida nacional.
Pareciera reinar el adagio aquel que reza más o menos así: “no quiero que me den, sino que me pongan donde hay”. Partiendo de ahí, es muy evidente que ya en el ámbito nacional hay una soterrada pugna por la sucesión del caudillo. A algunos se les nota hasta en la mirada, como a Ricardo Monreal o Marcelo Ebrard. También puede sonar a broma macabra cuando vimos cómo Gerardo Fernández Noroña deslizó en el llamado Foro de Sao Paulo que ya se le menciona para tal candidatura. Se cuece aparte Javier Corral, que a pesar del desastre chihuahuense y la poca aceptación que su gobierno tiene en la entidad, ya actúa, como lo hizo Duarte en su momento, escalando por peldaños virtuales que lo acerquen al Palacio Nacional, porque Los Pinos ya es museo. Ambiciones.
Es más pertinente examinar lo que sucede en tierras chihuahuenses, por la cercanía de la elección general de 2021, cuando termine el quinquenio y se elijan gobernador, diputados federales y locales, ayuntamientos y sindicaturas, porque aquí las ambiciones empiezan a desbordarse prematuramente y empiezan a alcanzar niveles de contradicción propios de aquellas pugnas medievales entre güelfos y gibelinos; cierto que todavía no llegan los venenos ni los puñales, pero de que las ambiciones empiezan a desbocarse no hay duda, y eso no fortalece la vida democrática y los intereses de las grandes mayorías, que dicho sea de paso sienten náuseas cuando oyen hablar de candidatos, partidos y promesas.
Hagamos un repaso e iniciemos poniendo distancia con ese ejercicio de un periodismo nefasto que sólo vende pronósticos y que mal pasa una elección ya están hablando de la futura, aunque realmente no haya elementos para hacerlo.
Atisbemos lo que sucede en el PAN chihuahuense. A Javier Corral sólo le alcanzará ser un factor de importancia, pero su sucesión partidariamente hablando ya se le fue de las manos. Sus simpatías dentro de su partido –él mismo lo ha criticado recientemente– son precarias y se evidenciaron en la nostálgica candidatura nacional que apoyó para llevar sangre gomezmorinista a la dirección nacional. En otras palabras, su peso es tan débil que su candidato perdió la justa nacional, y María Eugenia Campos Galván ganó por partida doble: se apuntaló en el centro e impuso una transacción para compartir la dirección estatal con Rocío Reza, que sufrirá los embates de una gravitación más fuerte, que no será precisamente la del parlamentario Corral. Este no ha mostrado tablas eficientes para ganar disputas internas; lo de él es lo palaciego, ganar en la mesa. Basta recordar la caricatura del “espíritu de Batopilas” que reivindicó luego de perder su última elección para llegar al Senado, que luego ganó ante una junta de notables, valiéndose de otros mecanismos. En realidad, cuando uno escucha que en Chihuahua hay un espíritu de ese tipo, no le queda más que sonreír, pues hace alusión a un accidente obstétrico, igual al de Martín Luis Guzmán. Pero qué le vamos a hacer, así son los oradores que buscan frases efectistas.
Pero dejando de lado estas superficialidades, vemos a la panista María Eugenia Campos Galván apalancarse con todo en el municipio de Chihuahua para buscar la candidatura gubernamental en 2021. Corral conoce su expediente, pero ya no podrá usarlo, si alguna ver lo pretendió. En el caso que me ocupa no vemos dónde termina la función pública, constitucional, de respeto a la pluralidad, y dónde inicia la ambición de poder. A un mismo tiempo se traslapan los intereses de partido con el empleo utilitario de la institución, justamente para dar pábulo al mejor desenlace de las ambiciones en política. Ella piensa que ya cruzó el desierto y que está pronta a llegar a la Tierra Prometida. Quizá se le atraviese Gustavo Madero, que como político se ha ido desvaneciendo, porque como funcionario no mostró capacidad alguna, y si bien tienen un toque ranchero los improperios que lanza a diestra y siniestra, en resumen podemos decir que el folclor no será lo que defina el futuro político del PAN. Detrás de estas rayas están los Ángulos, los Borruel, los Mata y otros con los que no es necesario gastar tinta. Ambiciones.
Por el ámbito del PRI, no hay candidatos que le escriban. Al menos alguno de peso, que no lo ofrece ni la casa reinante de Delicias. Tanto Fernando como Reyes, ambos de apellido Baeza, como se dice en los juzgados, perdieron la elección senatorial luego de haber sido gobernadores, aunque el primero, beisbolísticamente hablando, entró de caballito, en su calidad de primer minoritario. Si bien en política no hay muertos, el PRI está muy distante de ser una opción en 2021, y qué bueno que así sea porque se lo ganó a pulso. Ambiciones minadas.
Y cuando todo el discurso que se escucha en los medios es el de una cuarta transformación, los tiempos de renovación en formas y contenidos que se se dan en MORENA no hablan de un saneamiento real de la vida pública en el partido que ganó la elección pasada. De inicio 2021 no será 2018. MORENA no ha perfilado su calidad de partido político y su continuación como movimiento tenderá a debilitarse. Hay quienes piensan que si Andrés Manuel está en la boleta, so pretexto de una consulta para revocar el mandato –legal y constitucionalmente imposible–, eso repetiría el milagro de este año, y entonces vemos que los aspirantes a la gubernatura se encomiendan al caudillo, al gran hacedor de milagros, al nuevo mito unificador en construcción. Y a partir de ahí las ambiciones están a flor de piel.
Aquí vemos al impresentable Cruz Pérez Cuéllar, apoltronado en su escaño senatorial para catapultarse a la gubernatura. Panista de origen, duartista por conveniencia, usufructuario en la tarea que le encomendó el tirano bajo las siglas del Movimiento Ciudadano, y hoy morenista de nuevo cuño. Corral lo tuvo en sus manos pero nunca se decidió a abrirle una investigación y causa penal. No quiso ofender al eterno y lo dejó vivo, como cita el corrido. Pero de qué hay ambiciones, las hay.
Carlos Loera de la Rosa, diputado federal con licencia, procónsul de López Obrador en Chihuahua, lucha por apoderarse del partido, en la más pura tradición de las prácticas de partido de Estado, y ahí piensa encontrar su fortaleza. Ambiciones y más ambiciones. En el caso de MORENA, todos esperarían que hubiese algo nuevo bajo el sol, pero se apuesta más a una reedición del centralismo. Creo que toparán con la existencia de una pluralidad abigarrada en Chihuahua y la emergencia de los ciudadanos que ya no gustan de que les jueguen el dedo en la boca, a contrapelo de la peregrina idea de que el primero de julio el país ya renació.
En la reflexión gramsciana, se palpa la idea de que hay que tomar más en cuenta a los políticos que dicen tener ambiciones que a aquellos que las ocultan, o simplemente dicen no tener ninguna. Esto lo deben tomar en cuenta quienes alientan nuevas alternativas de poder ciudadano, porque ahí sí hay que hablar suficientemente claro.
Yo distingo fácilmente los partidos, a sus políticas y a sus políticos, su perfume a mentira apesta desde lejos. ¿De verdad esperan que se les hagan santos o santas o inmaculadas e inmaculados gobernantes?. ¿Existe en general alguna diferencia entre la convicción y la mentira? …Todo el mundo cree qué sí, pero ¿que es lo que no cree todo el mundo?, ¡la gente lo cree todo!
EL PANORAMA POLÍTICO PARA CHIHUAHUA ES COMPLEJO, ES DESALENTADOR, “HAY RUINAS Y ESCOMBROS”…. HAY LOS HACEDORES MEDIÁTICOS, MÁS SU PRESTIGIO, ES BIEN GANADO Y ESTA POR EL SUELO….. AQUÍ MORENA POR EJEMPLO APUNTALA UN GRANDE NÚMERO Y BASTIÓN QUE SURGEN DE UNA INCONFORMIDAD PROFUNDA, Y DESHONESTA Y MUY REAL, QUE MÍNIMOS ESTE SECTOR DE LA POBLACIÓN POPULAR, MÁS AHÍ ESTA SU VIRTUD DE NAVEGAR Y EL ELECTO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA SI DEBE SENTIRSE CONFIADO POR ELLO, Y DE ESE ESTRAGO Y TRAGO REAL MÁS AMARGO, PRINCIPALMENTE PRISTAS, QUEDARON SIN MÁSCARA POR SUS “GALLOS” TAN CÍNICAMENTE CORRUPTOS, Y QUE EL MISMOS PAN NI EQUILATO AL MENOS SUS LÍDERES INCLUYENDO A CORRAL, QUISO AMPLIAR SU PODER, CON LOS MÁS MISERABLES CORRUPTOS DE CHIHUAHUA Y ESO TIENE PRECIO, COSTO POLÍTICO E INCLUSO SOCIAL AHÍ EN LA DITRIBA PARA REPONERSE SE LE FUE SU OPORTUNIDAD, MÁS, LAS TRAICIONES POR UN LADO ASÍ MISMO, COMO CUANDO UN CHAMACO SE “ENGOLOSINA” DE FALSOS LOGROS… MÁS EN FIN… FIN…
LA CIUDADANÍA SIGUE INCONFORME… ENTONCES ES CUESTIÓN DE FE Y LUCHA HACIA NUEVOS DERROTEROS, CUAL? .. ESTO SI COMO EL BUEN COCINERO, COSA DE IRNOS POR LA CREATIVIDAD DE ORGANIZACIÓN POLITICA CONTUNDENTE, Y AHÍ EN EL DEBATE, CONSENSO, Y SIN BAJAR LA GUARDIA.. LAS COYUNTURAS, ESTÁN FABULOSAS PARA REACTIVAR UNA POLÍTICA QUE REAVIVE UNA EXCELENTE PROPUESTA, PARA EMPEZAR A SUBSANAR LO “PODRIDO” Y SECUELAS, QUE DEJAN LOS POLITIQUEROS ANTES Y DESPUÉS..
AQUÍ Y AHORA AÚN EN LA ADVERSIDAD ORGANIZARNOS PARA DAR LA NUEVA BATALLA Y SI AHÍ ESTAMOS UNIÓN, POPULAR, CIUDADANÍA, LIBRE Y SIN COMPLICIDADES CORRUPTAS LO MÁS SANO QUE INICIARÁ A PERDURAR.. CONSTRUIR ESTE PROYECTO ES DE HOMBRES CON SABIDURÍA DE EXCELENCIA EN POLÍTICA PURIFICADA….