El aquelarre de violencia que ha sacudido tan sólo a la ciudad de Chihuahua por los múltiples crímenes cometidos incluso a la luz del día en las últimas tres semanas, hacen pensar que las alertas rojas llegaron a la Fiscalía del Estado. Pero no. Hasta el representante del gobernador en Ciudad Juárez, Ramón Galindo, calificó como “un hecho aislado” un crimen reciente en aquella frontera. Ya se volvió costumbre, porque ese mismo calificativo otorgó el secretario general de Gobierno, César Jáuregui –¿lo recuerda?– en torno al crimen de la estudiante Andrea Athié (léase priísmo duartista-peñanietista-calderonista).

Esa actitud de minimizar por conveniencia política los hechos que puedan afectar la imagen y los alcances electorales del gobierno, por supuesto, hace que caigan en sus propias contradicciones. Veamos un ejemplo reciente:

El Heraldo, cuya relación con el poder actual se exhibe cada vez más tersa, publicó el pasado 23 de septiembre una nota en la que se afirma que van 38 personas desparecidas en lo que va de 2017 y que en los últimos diez años se ha reportado la desaparición de 229 mujeres. La fuente informativa es el mismísimo Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Sin embargo, la Fiscalía de Peniche no tardó ni 48 horas para salir a “enmendarle” la plana al rotativo en el sentido de que desde 1996, es decir, desde hace 21 años, han desaparecido 142 mujeres. ¡Cáspita! ¿Dónde quedó el registro de las 87 restantes, según las cifras de la federación?

Lo único que cuadra aquí son los números rojos que arroja el saldo de víctimas, al cabo que para la Fiscalía es mera estadística y un factor “aislado” entre la multiplicidad de actos de barbarie que laceran a la sociedad chihuahuense, por hablar de lo cercano.

Esta Fiscalía empieza a mimetizarse en el discurso de gobiernos anteriores, especialmente en el de César Duarte al que quieren aprehender (¿o será aprender?), que tenía los medios a su alcance, literalmente, para orientar la opinión pública. La Fiscalía, por lo pronto, ya tiene sus páginas en el rotativo para disminuir las presiones que se le vengan encima. Pero ninguna autoridad aclara esas contradicciones ni asume su papel con la andanada de homicidios recientes.