No hay mucho que abundar sobre las más recientes declaraciones del síndico de Chihuahua, Miguel Riggs, cliente ya asiduo de esta columna, porque sus solas palabras mueven a pena ajena, o a risa nerviosa si se quiere.
El caso es que Miguelón anda viendo como ser anfitrión de los síndicos del país que tendrán una especie de convención en la capital chihuahuense el próximo 24 de febrero con el propósito, dijo él, “de tener mayores atribuciones y no se les falte al respeto”.
Este chamaco no aprende: si no ha sido capaz de mantenerse al margen de los negocios privados con el poder público vía su influencia panista en el gobierno, imagíneselo con “más atribuciones” como las que pretende. Y así, no hay quién lo tome en serio. Algún hilillo de sangre le ha de correr por la comisura de sus labios cuando afirma que quiere tener voto en el Cabildo y exige respeto como síndico.
La vanidad por delante, habla siempre desde el yoyismo para referir que él, y sólo él, es el organizador, y que además, con orgullo, se le han unido –no podría ser de otra forma– varios síndicos a nivel nacional pero de signo priísta.
A Riggs sí que le supo saber que tiene cuates en el gobierno que le pasen por alto sus corruptelas.
CREO Q YA CT CONVIRTIO EN DEPORTE CRITICAR TODO LO DE CORRAL Y LOS PANISTA. T SUGUIERO Q CUANDO SEÑALES ALGUNA IRREGULARIDAD O ACUSACION EN LA ADMON LA ACOMPAÑES SUSTENTADA EN PRUEBAS Y PUBLICARLAS JUNTO A TU DENUNCIA. NO SOY PANISTA, PERO YA T PARECES A TODA LA PRENSA DE DUARTE RESENTIDA KN CORRAL.
Solicto la autorización del titular de éste portal para dosificar la iniciación en el mundo de la cultura, de un trato con las ideas, de una trayectoria espiritual. Por lo tanto miguelito en esto no tiene cabida. Esta mini obra es el relato de una larga marcha hacia el fondo de si mismo, de García Chávez, que parte de donde emergen sus más viejos recuerdos, hasta el momento de afirmación de una personalidad independiente; quien novela sus circunstancias, su atmósfera. Se detiene en el amor de su inolvidable Irma. Narra su iniciación en un universo estético, y mil otras situaciones como las que en mi casa me habían tratado de interesar en el voluminoso México a través de los siglos, donde, desde la inicial exposición de motivos, me sentí perdido, y sentí repulsa a la inicua manera con que paga el Estado los esfuerzos de un hombre que en sus libros proclaman no una sino muchas verdades que nadie ha tenido el valor de pronunciarlas y que nunca se escandalizó, como tantos hipocritones y mojigatos. La mención de García Chávez impone de inmediato un tono de respeto que corrobora la extraordinaria calidad del personaje, la admiración que se le debía y se le debe. Las flores en vída Maestro, en vída. Mañana con su venia, continuamos.
Urge una reunión de Unión ciudadana, los acontecimientos recientes obligan a ratificar objetivos y rectificar si es preciso estrategias.
Nuestro amigo García Chávez debe sentir el calor de nuestro respaldo.