De tiempo atrás lo sabemos de cierto: el PRI no sabe perder. Afortunadamente ya pasaron los tiempos cuando arrebataba contra toda razón y toda ley. Hoy Beltrones, Duarte, Serrano y Dowell están impugnando los resultados de la elección del 5 de junio, centralmente la de gobernador, en la que ya se expidió inobjetable Constancia de Mayoría al ciudadano Javier Corral Jurado. Es un burdo intento golpista, una tentativa de revertir un resultado que para el común de la gente ya cobró estado o, como dicen los abogados, es cosa juzgada, inamovible. Lo más probable es que tras la desesperada leguleyada se esconda el intento de reacomodar la tiranía que cayó a golpe de votos. No hay que darles tiempo ni oportunidad.
Como antecedente de la mayor relevancia está la duda que se cierne sobre los tribunales electorales, tanto estatal como federal. Es una duda más que razonable si nos hacemos cargo que en ellos, a lo largo de los últimos años, César Duarte ha litigado y cabildeado en su favor y en el de su partido infinidad de asuntos. Algunos de ellos de la mano de Miguel Salcido Romero, político duartista caído en doble desgracia, la primera cuando fue defenestrado por el propio Duarte, para refugiarse luego en el equipo serranista, de donde salió hecho pedazos con el resultado electoral. Es el destino de los gesticuladores, de los que brillantemente escribió el dramaturgo Adolfo Usigli.
A la tentativa del golpe se debe responder con el poder ciudadano. Me parece estupenda la propuesta del diputado Rogelio Loya: hay que tomar el Palacio de Gobierno y echar al tirano.
Por lo demás, la impugnación de los miserables priístas no tiene destino alguno. No merece tan siquiera un comentario a su sobada argumentación. De ahí que un meme cataloga de masoquistas a los del PRI, y en lugar de regalarles un látigo de veinte puntas para que se maceren la espalda, simplemente hay que obsequiarles un contador de mano.
El dedo en la llaga. La recompensa más grande que podemos tener es la satisfacción de que nuestras acciones ayudaron a mujeres y a hombres que son sagrados. Cuando nos callamos somos cómplices de la corrupcion, de la impunidad y de la violencia como elección que hacemos todos los días dentro de la pobreza como caldo de cultivo a la que le imponen un optimismo forzado enmedio de la masacre y dentro de un juego de futbol que nos aleja de los procesos de la EMPATÍA. Hay un problema social grave si no podemos entender el dolor y el miedo que ocultan los medios. ¿Para que sirve un desaparecido, secuestrado, encajuelado, empozolado, decapitado, desplazado? La gente quiere ser feliz; vivir en libertad y con justicia. Yo pensé que este desgarre social tenía algo de poético. ¡Me equivoqué la impunidad de los delitos es integral!
Buenos dias, señor Director: Acudo a su prestigioso periódico para denunciar el delito de robo que han estado cometiendo los miembreos de la JMAS-. soy jubilado y pagaba 90 pesos al mes por el servicio de agua potable. Vivo solo, de repente me salieron que debía 700 pesos, como pude contrate un experto fontanero y me dijo que por la presión tan intensa de aire con el agua, se incrementaba el medidor a unritmo exagerado, me recomendó que pusiera una valvula expulsora de aire y cambiara la válvula check, lo cual hice. si bajó la cantidad de litros, y tuve que pagar con el supuesto descuento 2,100.00 pesos. Pues resulta que ahora. iba bien el medidor, de repente se desbocó y me marco del dia 19 a la fecha 60 metros cubicos utilizados, pues lo estoy monitoreando a diario. Subí par aver el tinaco vació y seco, muy poca presión de agua, cerradas todas las llaves y sin ninguna fuga sigue marcando la ruedita o marcador, como si estuviera sacando agua, a una velocidad, enorme. El problema se agudiza, porque llamo al 073, me dicen que es una fuga, ya fué checado no hay ninguna fuga me dicen que son las válvulas ya las checaron y funcionan bien, y cuando les pegunto que hacer, me cuelgan el teléfono varias veces traté de que me atendieran y nada…..Le agradeceré publique esta queja para que los jefes, pongan atención y me cambien de medidor o tomen las medidas necesarias, para que no me cobren en exceso.