Ataviado como ingeniero constructor, Miguel Salcido inspeccionó los avances de la construcción de la llamada “ciudad judicial” en la ciudad de Chihuahua. Chaleco fosforescente y casco de seguridad le sirvieron de indumentaria para “Posar” (lo dice El Heraldo de Chihuahua) en los estrados de una de las que será sala de juicio oral. Salcido Romero, especie de ujier de César Duarte, no le pierde pisada a éste en materia de imitación. Ya no sabemos si esa imitación es lógica o extralógica, de acuerdo a vieja visión sociológica aplicable a actores que a falta de creatividad se mimetizan en los hábitos de otros. Claro que el haber posado en el edificio llamado “ciudad” tenía la finalidad, muy provinciana, de vender la idea de que estamos nacionalmente con la construcción más grande que alberga un aparato judicial. En realidad el presidente impuesto al Tribunal Superior de Justicia no ha medido otras y se conforma con lo que aquí tiene.
Olvida un pequeñísimo detalle: la grandeza de un Poder Judicial no se mide por el tamaño de sus edificios, sino por el Estado de Derecho que protege, tutela, en estricto apego a la Constitución, las leyes y el Derecho. Quizá bajo este parámetro aquí podamos decir mucho edificio y poco Poder Judicial por el achicamiento de la justicia, sus jueces y magistrados, con las excepciones muy consabidas que se distinguen en el foro mismo y que nos permiten decir que desgraciadamente, hasta ahora, que una sola golondrina jamás hará verano.
Un gran pensador sobre la democracia en Norteamérica, realizó importantes atisbos entre la arquitectura y las instituciones. Así, vio austera la Casa Blanca (la de Estados Unidos) y los edificios de la Suprema Corte de Justicia de ese país y todo lo que jerárquicamente dependía de él. Acá, en México, al contrario, es majestuoso el Palacio Nacional; no se diga el Castillo de Chapultepec o Los Pinos, edificios envidiables hasta por jefes de estado de países mucho más desarrollados que el nuestro. Mientras eso pasa en otras latitudes, aquí Salcido juega a demostrar quién tiene los más grandes, aunque esos grandes poco sirvan en todos los sentidos.
Aquí no tendremos la sede de un Poder Judicial sino una Ciudad Judicial. Al efecto nos permitimos ofrecerles una foto de esa que será la “ciudad”, con una muy discutible ubicación y una arquitectura que realmente no ofrece nada desde el punto de vista urbanístico, a mi subjetivo juicio, para que la compare, cuando menos, con el austero y bello edificio de la Suprema Corte de los EUA y de nuestra propia Suprema Corte de Justicia de la Nación, no tan bello, también a mi juicio.
Cuando pensamos en esto, no abrigamos más deseo que pronto Salcido deje la presidencia que jamás debió ocupar; traidores y usurpadores no pueden estar al frente de un Poder Judicial y, mucho menos se le permita practicar su deporte favorito llamado por su infinitivo: trepar.
http://www.oem.com.mx/elheraldodechihuahua/notas/n3924781.htm
Y este otro también
http://www.proceso.com.mx/413489/2015/08/21/imponen-junior-jueces-en-chihuahua
Habiendo tantos profesionistas preparados, en este caso licenciados en derecho, que tienen años en los juzgados haciendo meritos y no reciben la oportunidad de ascender etc, o muchos otros que ni empleo tienen y sin embargo los hijos del ex tortero jorge gonzalez nicolas el cara de foca corruptoy el hijo de pavarotti, ya estan en el cargo de jueces sin merito alguno, ni experiencia ninguna, y hasta con escolta los perros, ya pronto se te acabara el hueso nicolas, y te quitaran escoltas ahi te brotaran los enemigos como hongos, a ver hasta donde llegas con todo lo que te has robado.