Con casi el 40 por ciento de rechazados en la UACH, quién puede creer en la cobertura universal pregonada por el cacicazgo duartista. Quizá únicamente las agencias de publicidad y los medios adocenados que reciben su paga para pintar a Chihuahua como en realidad no es. No es cierto que la juventud tenga el amparo de una cobertura de ese tamaño, como también es de denunciar el alto grado de privatización que caracteriza a la UACH y que hace inaccesible a la gente desprotegida económicamente para arribar a una carrera profesional, esto sin contar con que no pocas carreras carecen, casi por completo, de oportunidades de trabajo al concluir las cargas académicas correspondientes.
Nos encontramos frente a otro de esos naipes que sostienen a un duartismo en franco derrumbe.