ray-romero4nov2014

Vana gloria es que la legislatura actual del Congreso del Estado, se regodee del ejercicio de las comparecencias de varios secretarios para glosar el informe del cacique Duarte. El fiscal Jorge González Nicolás quiso llegar a la vieja usanza con guarros y sin darse cuenta que estaba en la sede, cuando menos formal, de otro poder en el que no puede ejercer su autoritarismo. Nos habló de un Chihuahua irreal, a la luz de los acontecimientos en buena parte de la sierra chihuahuense, donde no tan sólo hay inseguridad sino una especie de guerra, que por más que han tratado de soterrar sale a la luz pública porque es inevitable que así suceda. En la coyuntura se dio el secuestro de un agente de la Policía Ministerial, Leonardo Calzada, que acusó al jefe de la Policía Estatal Única de haberlo amenazado de muerte. Para los diputados eso fue cosa menor, pues no pasó el evento de un escarceo de preguntas y malas respuestas.

Tocó el turno a Jaime Herrera, quien lisa y llanamente fue a mentir en relación a la deuda pública del estado de Chihuahua. La prensa comprada, para paliar al desprestigio del funcionario, hasta dotes de parlamentario le sacaron –no sabemos de dónde– y hasta lo candidatearon para gobernador del estado. Así de salamera es esa prensa. Se mostró nervioso y agresivo a la hora que se le cuestionó sobre la denuncia penal interpuesta en su contra en el escándalo conocido como Unión Progreso, y contestó: “no me quita el sueño”. Aunque intrascendente y vacía la respuesta, nos pone frente a un cínico profesional. En esta comparecencia el PRI no empleó a sus diputados, armó la boca de Hortensia Aragón y Fernando Reyes para que atacaran a los denunciantes de la corrupción. En el caso de Aragón, dijo que le gustaba el tono de voz del secretario de Hacienda, que no había que tener la piel tan sensible, según terminajo que tiene alrededor de veinte años de utilizarlo, dando muestras de anquilosamiento en el lenguaje, y no se diga en sus acciones. Lo raro es que ella presume que en los consejos estatales del PRD no se oye ni el aleteo de las moscas y mucho menos el roce de los elitros que producen el canto muy conocido de los grillos.

Cuando llegó el turno de Raymundo Romero, eufemísticamente conocido como el encargado de la política interior, se puso de manifiesto el sentido real de las comparecencias: hacer amigos, mensaje innecesario, porque él no nada más los tiene en el Congreso, también tiene una hija diputada (Teporaca Romero) y un yerno ahí con el mismo cargo, conocido como Fernando Reyes, cuyo apodo es El Púas, pero que no pica nada.

Ahora ya nada más falta que nos digan que este es un parlamento europeo. Y no exagero, pues ya sabemos que Chihuahua está en los primerísimos lugares y a la vanguardia de la vanguardia, lenguaje muy del gusto de los tiranos.

Qué lejos estamos de este parlamento sueco. Vea usted: