herrera-30oct2014

– La deuda del estado de Chihuahua, al 30 de Junio del 2014, es de 41 mil 603 millones de pesos

– La deuda por habitante es de 11mil pesos, esto nos coloca en segundo lugar de deuda per cápita sólo detrás de Coahuila

– La deuda en relación al Producto Interno Bruto de Chihuahua es de 9%, o sea la más ata del país

– La relación entre las obligaciones financieras y las participaciones en ingresos federales por acreditado es de 244%, profunda asimetría: se contrae deuda sin tener con qué pagar

Abundando esto último, la SHCP aclara en documentos oficiales que la deuda de Chihuahua incluye tres emisiones bursátiles que no tienen recursos en contra del estado. También dice que el Estado las pagará con recursos propios, o sea flujos carreteros, pero veamos esta sencilla pregunta: ¿no se está dejando de percibir un ingreso al pagar esta deuda con estos flujos?. Estas emisiones bursátiles tienen un saldo vigente al 30 de junio del 2014 de 15 mil 157 millones de pesos.

También aclara la SHCP que existen otros 3 créditos que se pagarán con la redención de unos bonos cupón cero a favor del estado de Chihuahua y que éste mismo obtuvo esos bonos con recursos propios. Los bonos cupón cero generalmente son a corto plazo y se compran a descuento. Va este ejemplo: el estado compró estos cupones a 8 pesos y les devolverán 10 pesos al vencimiento del bono. Así es como piensan pagar el capital de éstos 3 créditos, en tanto que los intereses los pagará el estado con ingresos provenientes de las participaciones federales. Deuda es deuda. Aunque vayan a pagar el capital de esos 3 créditos con el rendimiento que les den esos cupones cero, inicialmente tuvieron que destinar recursos para comprar los derechos a esos cupones.

La conclusión es que son 25 mil 873 millones los que se le deben a diferentes instituciones crediticias (incluidos los tres créditos que se pagarán con los bonos cupón cero), más los 573 millones de los cuales los acreditados son los diferentes municipios y que se pagará con sus participaciones y aportaciones federales; y por último, los famosos 15 mil 157 millones de pesos en bonos carreteros que son deuda por el hecho de que se destinará un ingreso (flujos carreteros) a la «extinción» de estas 3 obligaciones.

Pero además hay que tener en cuenta estos datos que de ninguna manera son de menor importancia: la mayoría de las entidades, por no decir todas, recurren al apalancamiento para cumplir con sus objetivos. Sin embargo, los responsables de las finanzas de dichas entidades tiene la obligación de derecho público de monitorear y evaluar qué tanto se pueden endeudar; es decir, con respecto a sus ingresos y egresos actuales, qué tan factible es hacerse de otra obligación. Un ejemplo burdo es el siguiente: si tenemos 100 mil pesos de ingresos y mis gastos operativos normales o gastos corrientes (sueldos, consumibles, agua, luz, etc.) son de 80 mil pesos, entonces me quedarían 20 mil. O sea, no nos podemos hacer de una deuda que nos quitará 30 mil, caeríamos en la insolvencia. En un caso común, como es el de una empresa mediana, el banco o la institución crediticia ni siquiera nos haría el préstamo.

Existen dos problemas con lo que respecta a la deuda de Chihuahua: el primero, la falta de sensatez del responsable de las finanzas del estado, que en este caso tiene como consecuencia el posicionamiento de Chihuahua sólo por detrás del D.F. y Nuevo León, en lo que a niveles de deuda se refiere, cuando está más que claro que Chihuahua no tiene los mismos ingresos que estos dos. El segundo, el hecho de que las instituciones financieras le hayan facilitado los créditos al estado en esas condiciones de insolvencia evidente. Esto, sin considerar la corrupción política del duartismo.

Mañana el secretario de Hacienda, Jaime Herrera Corral, también apoderado legal de Unión Progreso, comparecerá ante el Congreso del Estado y es del todo necesario e indispensable que se le exija que hable claro. En otras palabras, sin subterfugios y sin maquillaje del desastre financiero que padece Chihuahua y del cual son responsables las administraciones priístas que ha tenido la entidad, pero particularmente la pésima visión de César Duarte, que no tiene la más mínima noción del ascendismo, visto desde el balcón de una entidad federativa. Chihuahua está cansado de las mentiras sistemáticas que abruman este delicado tema que afecta a todos y cada uno de los chihuahuenses vivos actualmente y, por necesidad, a los que nazcan en los próximos lustros.