Columna

PAN: Regreso al origen

No diré que el PAN ha regresado a los tiempos de la Liga de Defensa de la Libertad Religiosa, a la época de la Cristiada; sería un exceso. Pero sin duda ya no es la fidelidad a la Santa Sede, sino al nuevo papa de la derecha mundial: Donald Trump.

Si la reciente reunión del PAN que se celebró en el el Frontón de la Ciudad de México para “relanzarse” se hubiera dejado simplemente a la inteligencia artificial, se tendría hoy un mejor resultado. Eso de pensar, hoy por hoy, no es actividad distintiva del panismo que se plegó a un credo y una narrativa propios de la reacción política. 

Dejaron la “brega de eternidad” y se adhirieron a la de la gesticulación, entendida esta  como la defensa de un viejo dogma típico de los conservadores y reaccionarios que no les alcanzaría para convertirse de una oposición efectiva frente a MORENA.

Se quieren divorciar del PRI, pero en Nuevo León y Chihuahua son desobedientes. En estos estados de la república no hay relanzamiento porque sería suicidio. A tal grado llega la putrefacción del partido de Gómez Morín al que le han dado la espalda.

Victimizarse como lo hicieron frente al PRI ya no funcionará. Durante dos sexenios tuvieron el timón del país en sus manos y no pudieron con el paquete; además, no se autocriticaron para nada. Ellos están bien.

El nuevo líder nacional, Jorge Romero, gesticula demasiado. Y de eso todo mundo está harto.