Columna

Trump en modo pausa con los aranceles vs México

Por ahora, la amenaza trumpista de imponer aranceles a México entró en pausa por treinta días. El único compromiso tangible hasta el momento es que 10 mil efectivos del Ejército y la Guardia Nacional, si alguna diferencia hay, pasarán a custodiar la frontera con los Estados Unidos para evitar la migración y el tráfico de drogas, centralmente del mortal fentanilo.

Ha contribuido a esto que Trump no las tiene todas consigo al interior de su país, ni en los círculos políticos del Congreso ni en amplias cadenas de producción que se verían lesionadas. No se duda que tales factores los haya visualizado México.

El oficialismo ha echado sus campanas al vuelo y, en voz de Marcelo Ebrard, estamos ante un acontecimiento insólito, es decir poco usual en este tipo de diferendos de México con el vecino país del norte. Ya lo había hecho él cuando dependía del presidente López Obrador y, cambiando lo que haya qué cambiar, ahora sucedió algo muy semejante, lo que fue motivo para exaltar de manera exagerada el momento que vivimos, como si se tratara de la salvación de la patria.

Los temas fundamentales continúan en la disputa de pesados intereses. Está por verse si el estilo Trump se seguirá imponiendo como un mecanismo de chantaje y extorsión a los países, lo que es posible porque por ahora el presidente estadounidense no tiene posibilidades de reelección y no estará atento a la reacción adversa de los electores que lo llevaron al cargo, que pudieran regatearle en el futuro su voto. Empero habrá elecciones de Congreso en dos años, y los vulnerables por la imposición de aranceles, pudieran hacer el cobro electoral correspondiente.

De todas maneras el estilo Trump ahí está y ha marcado una pausa concedida a México y Canadá para la decisión de si van o no los aranceles, que para México serían altamente perniciosos en términos económicos y de empleo.

Por lo pronto nuestro país ya ha hecho un pago que consiste en desplazar a 10 mil militares que se pondrán, prácticamente, al servicio de los Estados Unidos en materia de migración y tráfico de drogas. La agenda mexicana está en espera, por más que se diga lo contrario.

Esto se hace evidente dada la obvia asimetría de los pronunciamientos que hicieron ayer Trump y Sheinbaum. Entendemos que en este tipo de relaciones internacionales cada quien habla hasta donde puede y hace diplomacia secreta en muchas otras cosas.

Pero, sin duda, que si a los hechos nos atenemos, el costo de mantener a 10 mil soldados en nuestra frontera norte es altísimo, y no nada más en los recursos presupuestales, sino en la seguridad interior que se desprecia, pues hay vastas regiones del país que quedarán a merced del crimen organizado.