En el ocaso de su gobierno, Biden se ablanda con Cuba
Justo en los últimos días de su administración, el presidente norteamericano Joe Biden dispuso sacar a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo. Es de suponer que esta decisión está en veremos ante el relevo de Donald Trump, que por su talante eche abajo esta medida.
Es importante, más allá de lo que se entienda por terrorismo, que es un concepto que se usa con mucha discrecionalidad por el imperio estadounidense, teniendo en cuenta que quien ha llevado la violencia a muchos escenarios del mundo, sobre todo en el siglo XX, es el gobierno de los Estados Unidos. La lista sería larga, sin faltar Corea, Vietnam, Panamá, República Dominicana, y actualmente el apoyo casi incondicional que se brinda al gobierno genocida de Netanyahu de Israel.
Es obvio que los Estados Unidos se arrogan la capacidad de dictaminar quiénes sí y quiénes no son terroristas, para sus propios fines bélicos y geopolíticos. Pero sin duda para Cuba y para Latinoamérica es beneficioso el decreto del presidente saliente, porque contribuye a una distensión prácticamente en todo el hemisferio. Aunque es lamentable que sea incierto el futuro de la vigencia de dicha decisión.
Por otra parte, el gobierno de Cuba, encabezado por Miguel Díaz-Canel, ha ordenado liberar 550 presos con un efecto de beneplácito, lo que implica cambiar vidas humanas por acuerdos internacionales, porque si esos presos tenían derecho a su liberación, debía haberse consumado esa resolución sin el precedente del acuerdo Biden.
Mientras la derecha más recalcitrante se sigue moviendo en términos de anticomunismo feroz, el gobierno cubano presume de la mediación, buenas y fluidas relaciones con el Vaticano para orquestar estros tratos ante el imperio y la isla caribeña.
No está por demás señalar que no es la primera vez que el Estado Vaticano interviene en estos asuntos. Insisto en que es plausible la medida de quitarle esa marca de promotor del terrorismo al gobierno cubano, y más la liberación de los presos. Al respecto, todavía la información es incierta de cuál es la calidad de esos presos: si se trata de delincuentes comunes o de opositores al régimen totalitario de Díaz-Canel, en cuyo caso estaríamos hablando de una nota esencial, porque implicaría otorgarle la libertad a disidentes y presos por motivos políticos, que puede contribuir como estímulo a la resistencia del pueblo cubano contra una situación que ya no se sostiene, si no fuera por la estructura dictatorial que impera en la república de Cuba.
Ojalá que la próxima semana no nos enteremos de la revocación de Trump sobre esta audaz disposición de Biden. Quedaría como beneficio la libertad de 550 seres humanos, seguramente algunos opositores al régimen, y sería grotesco que también se metiera reversa en esto.
Todo ello es importante porque debemos tener en cuenta que la política internacional de México siempre ha tenido interferencia directa con lo que sucede en Cuba, al igual que en otros países, destacadamente en Venezuela.
En todo caso, en breve tiempo sabremos si esto se confirma o se anula.