Adriana Terrazas se quitó el último velo primorenista y sin pudor alguno se fue a trabajar con Maru a su “en bajada” en la capital de la república.
Brenda Ríos después de que su alma política ha migrado por todos los sótanos partidarios, hoy hace de esquirol contra Marco Bonilla.
Mayra Chávez Jiménez es la revelación que un pasado priista y duartista es credencial superior para que Ariadna Montiel consume su cacicazgo sobre los siervos morenistas, abdicadores de toda ciudadanía real.
No es justo que la auténtica lucha de las mujeres se vea en estos espejos esperpénticamente propios de lo peor de eso que se llama política y se apellida MORENA.