El siempre presente Spinoza, con una frase memorable como memorable es su obra, recomendó no llorar ni reír sino comprender. Ese es el gran reto que tenemos los oponentes y disidentes de la auto llamada Cuarta transformación.

Para construir un mapa de navegación, habrá que realizar una multiplicidad de tareas. No es, de ninguna manera, un simple reto para rendir tributo a la teoría por la teoría, lejos de eso de lo que se trata es de elaborar una síntesis de lo que pasa en el mundo y en el país y para esa empresa han de concurrir muchas manos y muchos cerebros y sobretodo con el inicio de una construcción que los ate fuertemente a la sociedad y a los instrumentos ciudadanos que la misma pueda crear para dar cuerpo y sentido a un ciclo largo de resistencia y rebeldía.

Necesidad y libertad se cruzan en ese camino, la primera es inexcusable la segunda su arma indestructible.

Con un poco de paciencia, al menos  esta columna hará lo que sea posible.