Hay una institución que se precia de ser muy importante pero que realmente pocos saben para qué sirve. Es, ni más ni menos el Comité Estatal de Participación Ciudadana. 

Sus integrantes  propalan, sin mesura ni modestia, que es “un bastión de esperanza” e insisto pocos saben para qué sirve.

Además y sin demostrarlo también hacen correr la versión de que no son “adversarios de gobierno… ni portavoces o subordinados de una burocracia”. En esa línea también se deslindan de todo partidarismo.

Sus integrantes difunden que están al frente de algo que “no es una tarea fácil” y para coronar los autoelogios dicen que quienes lo integran no tienen un “cargo”, sino una “causa personal”.

Con tantas bondades y en un estado con abundante corrupción política, extraña que poco se sepa que tenemos esa maravilla del lado de la sociedad.

Me queda claro que la lucha anticorrupción en Chihuahua, por la transparencia, la rendición de cuentas ha llegado, en medio de grandes dificultades y resistencias desde abajo, desde la ciudadanía. Lo digo porque he sido partícipe de esa tarea tan necesaria por la que  jamas se ha cobrado un estipendio, dieta o sueldo.

Los que están al frente de esa “causa personal”, ¿reciben un sueldo, cuánto ganan por ser los cruzados de tan noble causa personal?