Don Francisco Rodríguez Pérez es uno de los pocos priístas por los que siento afecto y además gratitud. Desde luego eso no es obstáculo para discrepar públicamente de él y prodigarle críticas y preguntas. Recientemente publicó un artículo titulado “¿Y dónde está la izquierda?” en el que glosa teóricos, incluso a Thomas Piketti, autor del famoso y reciente libro El Capital en el siglo XXI. Buen artículo sin duda, aunque sus conclusiones no se corresponden con las premisas, porque don Francisco señala, con mayúsculas, para que no quede duda, que en México “DEBIERA ESTAR GOBERNANDO LA IZQUIERDA, ES DECIR, EL ALA IZQUIERDA DEL PRI y no la derecha proclive a las tesis de la globalización, sumisa a los dictados de las trasnacionales y aferrada al neoliberalismo que fracasa en el mundo. El ala izquierda del gobierno tiene que seguir siendo nacionalista y revolucionaria, indeclinablemente comprometida con la justicia social”. Metafísica aparte, quisiera saber dónde está esa izquierda del PRI y dejar de lado el “debiera” al que recurre el autor, para convertir su discurso en una esperanza realmente sin posibilidades. Ha muchos años que esa propuesta murió y hoy, con la serie de reformas peñanietistas, no tan sólo se canta misa por ese fiel difunto, sino que se ha convertido en un polvo de panteón en el que ya muy pocos se postran. Podríamos lanzar el reto, por ejemplo, de que quien encuentre la revolución mexicana o el nacionalismo revolucionario, por favor que lo devuelva. Entre tanto, quedo pendiente de la mutación partidaria de don Francisco al que le acomodaría muy bien sumarse a la MORENA de López Obrador.