Alarmantes datos nos ha proporcionado el INEGI en relación a la violencia intrafamiliar en nuestro estado de Chihuahua. Según la encuesta que abarca de octubre de 2022 a septiembre de este año, un 14.4 por ciento de hogares en la ciudad capital reportaron este tipo de violencia en el hogar. Como suele suceder, los vulnerables son los que más sufren, niñas, niños y adolescentes.
También en Ciudad Juarez se marca esta tendencia, con un porcentaje similar. Ambas ciudades, además, ocupan el sexto y séptimo lugar a nivel nacional en este tipo de problemas que las más de las veces no están en la visibilidad que se quisiera, y mucho menos con atención pública y gubernamental para paliar el fenómeno.
Quiere esto decir que estamos ante un fracaso de las políticas públicas para atender esta problemática al interior doméstico, y entonces se pone de manifiesto que instituciones como el DIF estatal, que encabeza María Eugenia Galván Antillón, madre de la gobernadora, se dedica a políticas de imagen y relumbrón asistencialista, evidentemente con un sesgo político.
La gravedad de esta violencia se encuentra invisivilizada porque los medios de información están ocupados en la violencia de gran impacto que genera el crimen organizado, a la vez que se ocupan del acontecer de la clase política de manera privilegiada, desdeñando lo esencial que afecta a la sociedad de manera alarmante, si nos atenemos a las certeras cifras que proporciona el INEGI.
Aquí caen por tierra los eslóganes de que “sí se puede” y “juntos lo podemos hacer” de la gobernadora Maru Campos, o el alto lugar que, según dice el alcalde Marco Bonilla, tiene la ciudad de Chihuahua en materia de competitividad.
En Juárez, a su vez, no se hacen cosas diferentes, y el drama es mayor por ser el epicentro de las oleadas migratorias.
Pero eso sí, el panismo en el poder no se cansa de lanzarle loas a la familia, a la religión, caminar al paso de los curas y celebrar eventos elitistas, como el que recientemente se celebró en Chihuahua, al amparo de los Legionarios de Cristo, que algún día fundó el pederasta impune Marcial Maciel.