Fuerzas Armadas: historia bajo sospecha
Dos estados latinoamericanos tienen historias diferentes, por lo que se refiere a sus fuerzas armadas. Se trata de México y Cuba. En ambos países hubo insurrecciones populares triunfantes que destruyeron a sus antiguos regímenes, en particular a sus ejércitos.
Escribiré unas cuantas líneas del caso mexicano. El acta de nacimiento del Ejército en nuestro país está datada con el Plan de Guadalupe que promulgó Venustiano Carranza cuando asumió la soberanía coahuilense para oponerse a la usurpación de Victoriano Huerta, disponiendo el surgimiento del Ejército constitucionalista, que acaudillado por generales como Francisco Villa y Álvaro Obregón, entre otros, derrotaron al viejo ejército porfirista e instalaron uno propio, de características populares, con una historia peculiar y accidentada.
Con el tiempo el régimen priista utilizó a las Fuerzas Armadas para reprimir movimientos campesinos, obreros, estudiantiles –como el de 1968–, saliéndose de los cauces, tanto de su origen popular como de su normatividad constitucional.
En general las Fuerzas Armadas, pero en particular su Ejército, sufrió un positivo proceso de institucionalización en los años 20, la etapa postrevolucionaria, y fue el general Lázaro Cárdenas el que vertebró que el Ejército quedara al margen de la vida política, sin menospreciarlo ni arrinconarlo, sino abriendo vías a un proceso civilista que llega hasta el momento en que el crimen organizado y el narcotráfico se convierten en factores preponderantes para abrir una etapa que ha conducido al militarismo actual.
Las apresuradas líneas anteriores se escriben al calor de la reciente defensa que hizo Andrés Manuel López Obrador del Ejército, al que le ha abierto espacios de poder político y económico, impredecibles por lo que se refiere a la vida democrática y civil de México.
Nadie puede hacer una defensa a ultranza como la que realiza López Obrador, si realmente lo que se quiere es apego a la historia real de la Fuerzas Armadas; y en ese sentido, tengo para mí que al menos están bajo sospecha.