Columna

Ante la ausencia de gobierno, la madre de Siria investiga por su cuenta

El ominoso homicidio de Siria Fernanda Villalobos Ortiz obliga a darle lecturas altamente preocupantes que nublan la capacidad de todos para entender lo que sucede con la violencia del crimen, que no cesa, por una parte, y que ya se empieza a ver como asunto de la cotidianidad. A esto último contribuye la actitud que el estado asume frente al hecho y lo trasciende.

En primer lugar, la circunstancia de que la madre de la joven victimada haya anunciado públicamente que por su cuenta y riesgo realiza la investigación del crimen, habla de que las instituciones han fallado y que no se les tiene confianza. Ambas cosas son de una gravedad notable, porque se estaría iniciando un fenómeno que tiene que ver con el regreso de la facultad punible del estado a los particulares. En otras palabras, aquí la persecución de los delitos ya no es monopolio del ministerio público.

A su vez, si se lee la prensa que depende económicamente del erario, la noticia principal es que Siria Fernanda perdió la vida por un error de los criminales, soslayando de esa manera que se trata de un homicidio condenable desde todos los puntos de vista, y así debiera asumirlo el estado.

Con estas noticias así diseñadas, lo que se pone en primer lugar para amortiguar la crítica a las instituciones fallidas, es que en el fondo se trataba de una pugna entre delincuentes, entre bandas, y regresar a los tiempos calderonistas de los “daños colaterales” que se provocan por la acción del crimen y por la ausencia de gobierno.

Pero todavía más preocupante es que no se aclare la participación de la policía, por lo que le toca a su connivencia con los delincuentes, las pugnas entre los mismos, que tienden a regular buscando equilibrios para que unos tengan un territorio y otros, los que se supone menos fuertes, algún ámbito de acción en sus lucrativas actividades.

En este marco, la Policía Municipal de Chihuahua está en entredicho por las afirmaciones de la madre de la víctima, que como quedó dicho, realiza su propia investigación y ahí fundamenta sus argumentos. Es un asunto al que hay que ir a fondo, pues parece que se puede convertir en una crisis, al menos de confianza, frente a la autoridad municipal de Marco Bonilla.

Un revolucionario de Francia afirmó que nació para combatir el crimen, no para gobernarlo, y todo indica que en Chihuahua está pasando sólo esto último.